Persecución contra los cristianos en Occidente: por el momento es educada, en forma de censura, de condena al silencio y de vulneración de la libertad de expresión de todo creyente, pero esto sólo es el principio.

Toda persecución tiende, por su propia naturaleza, a la solución final, y pasa de la censura al aniquilamiento del censurado. Los campos de exterminio nazis, el Gulag soviético o los campos de reeducación de Mao constituyen buena muestra de ello. Lean el sabroso trabajo de John Flynn para Zenit.