- El Gobierno intenta paliar el desafecto de los suyos mediante la perversión del lenguaje.
- Desde esta mesa -asegura la vicepresidenta Soraya- siempre se ha respetado la autonomía de la Fiscalía. Pero el fiscal general dimite.
- Más subvenciones para vehículos industriales. Por razones ecológicas, claro, no como rendición ante las multinacionales de automoción.
- Bajó el precio de la luz y se cubre el déficit de tarifa… pero la subida de impuestos provoca que las eléctricas no inviertan.
- La economía se recupera y se atiende a los parados de larga duración…. Pero no subimos el salario mínimo.
Consejo de Ministros correspondiente al viernes 19 de diciembre, vísperas de Navidad. El 'caso Bárcenas' del juez Ruz, los últimos reveses en las encuestas, así como la dimisión del fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, ha afectado al ya alicaído ánimo de Mariano Rajoy. Quizás el golpe de gracia se lo ha proporcionado el accidente-incidente-atentado de la madrugada del viernes, donde un particular desesperado, presunto votante del PP, ha utilizado un coche para hacer alunizaje contra la sede central del Partido Popular en la madrileña calle Génova. Un detalle si se quiere, quizás un loco, ciertamente, pero una escenificación del drama de los populares, un partido que, bajo el marianismo vive en permanente guerra civil con los suyos, una formación a la que desertan sus antiguos votantes y huyen otros muchos de sus potenciales votantes futuros.
Y todo esto lleva a los populares a la perversión del lenguaje y al uso continuado del eufemismo. Ejemplo, Consejo de Ministros del viernes 19. Doña Soraya Sáenz de Santamaría (junto a Montoro y Báñez en la imagen) sale a escena, cada día más tensa con los periodistas. Nos explica que el Gobierno ha aprobado un nuevo plan PIVE -ya he perdido la cuenta- para subvencionar al achatarramiento y adquisición de vehículos industriales, tanto autobuses de transporte de pasajeros como camiones.
Sáenz de Santamaría nos recuerda que España es el primer productor europeo de autobuses y camiones y que, además, achatarrar vehículos es muy bueno para reducir los gases de efecto invernadero. Un eufemismo para ocultar que hay que arrodillarse ante las multinacionales de la automoción que mantiene su chantaje: o subvenciones públicas o traslado de la producción a otro país. Sí, somos el primer país productor, pero resulta que no tenemos ni una marca propia. Todas son foráneas.
Eso, además de crear un proceso de subvención permanente que una vez puesto en marcha nadie se atreve a parar. ¡Guay de crear precedentes! Y, de postre, favoreciendo tanto a los compradores de coches fabricados en España como a los fabricados fuera… que no crean empleo en España.
Soraya pervierte el lenguaje y los significados hasta en las inversiones: 90 kilómetros más para la 'Y' del AVE vasco. Por supuesto todas las inversiones en AVE llevan un retraso de no te menees, pero, sobre todo, se guían por la utilidad política. La variante de Pajares, en Asturias, es mucho más importante que la 'Y vasca', pero es mejor contentar a los nacionalistas.
Más eufemismos. Informe sobre los precios de la electricidad en España, en defensa de la reforma eléctrica de Soria: la factura eléctrica doméstica se redujo en 2014 en un 3,7% y en 2015 bajará un 4,9%. Lo cual es cierto. Ahora bien, Soraya oculta que se ha conseguido eliminar el déficit público y bajar la tarifa a costa, no de reducir gastos innecesarios -por ejemplo en renovables- sino de aumentar los ingresos: han colocado tantos impuestos a las generadoras que las energéticas españolas no invierten en España. ¿Para qué, si no hay demanda ni margen
Más eufemismos: el precio del gas se disparó un 5,7% pero Soraya nos tranquiliza. En 2015 sólo subirá un 0,5%. Oiga...
Entramos en el asunto de la semana: Eduardo Torres-Dulce se marcha y deja colgado al PP. Soraya insiste en que "desde esta mesa se ha respetado siempre al autonomía del fiscal general de Estado". Vamos, que Torres-Dulce dimitió porque quería disponer de más tiempo libre. Esto ya no es eufemismo ni perversión del lenguaje, sino perversión de la verdad. Torres-Dulce ha dado el portazo porque no aguantaba la grosería de doña Soraya.
Soraya se empeña en explicar que es el propio Ministerio fiscal quien nomina, el Gobierno quien lo envía al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ)… y luego baja la voz para explicarnos que si no hubiera acuerdo…es el Gobierno quien decide.
Además, recuerda que el Gobierno nombrará -con todos los presupuestos democráticos, claro está- a Consuelo Madrigal Martínez de Pereda. Ahí se pone muy contenta y asegura que doña Consuelo tiene un gran currículo, que aún cobra más valor por "su condición de mujer". Y que viva la liberación femenina o todo es bueno para el convento.
Para entenderos, que a Torres-Dulce le echó Soraya, pero nunca violentó su independencia. Es cierto, lo que violentó fue su paciencia.
Se lo resumo: Rajoy y Soraya, ahora unidos en la desgracia, están dispuestos a emplear todos los medios a su alcance para conseguir su propósito de mantenerse en la Moncloa. Todos los medios… incluidos los legales.
Régimen Económico y Fiscal de Canarias, nueva edición. El titular de Hacienda nos explica que España es "diferente por dentro" en materia tributaria, con haciendas forales, regímenes económicos especiales -como Ceuta, Melilla y Canarias- y siga usted contando. Lo que no explica es que es una renovación imprescindible por otro quinquenio y que hace tiempo que ya se vendió todo el pescado.
Resumen del Régimen Especial de Canarias: quien crea empleos, desgrava. Buena idea, aunque se preste a la picaresca.
A partir de ahí llega la ministra de trabajo, Fátima Báñez, otra maestra del eufemismo. En las estadísticas de paro, el lenguaje se pervierta a costa de jugar con las condiciones y con los plazos: "A noviembre el mercado de trabajo se ha estabilizado. 400.000 personas más trabajan. En 2014 se va a crear empleo neto por vez primera. Y eso que con un 1,6% de crecimiento en un año el empleo crece un 1,4%. Los parados de larga duración superan el 60%".
Todo eso está muy bien, pero el PP, tres años después de llegar al poder -precisamente la toma de posesión del nuevo Gobierno Rajoy tuvo lugar hace ahora tres años, se encontró con menos desempleo que el actual. Ha aumentado el empleo y se han reducido los salarios. Por tanto, de presunción, poco. Y no solo eso, cabe que la recuperación no llegue a tiempo.
En esta línea, Plan extraordinario de activación para el empleo. Dedicado a parados de larga duración con responsabilidades familiares. Los beneficiarios se comprometen a buscar empleos, recibirán atención personalizada. La ayuda, a recibir durante seis meses. Tienen que estar inscrito en el desempleo durante 12 meses como demandante de empleo. Y, esta es la parte mejor, e incluso podría aplicarse a todos y cada uno de quienes reciben una prestación por desempleo: no poder rechazar una oferta, salvo causa mayor. Y si recibe un curso de formación o una oferta de empleo tiene que aceptarlo.
Ahora bien, junto a esta medida social, más perversión del lenguaje, doña Fátima se empeña en no decirnos qué va a hacer con el salario mínimo -los mezquinos 645 euros por mes-. Y eso que quedan 12 días para terminar el año.
Es el drama de Mariano Rajoy y del Partido Popular: no gusta a los suyos y se pregunta cada día quiénes somos los nuestros.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com