Sr. Director:
Al Gobierno chino se le puede culpabilizar de estar a años-luz de la libertad religiosa o personal (política del hijo único) pero no de carecer de sentido común.
Sus autoridades han clausurado 91 webs por sus contenidos pornográficos como medida de protección a la infancia. No puede decirse lo mismo en el occidente desinhibido cuyos niños tienen acceso a contenidos sexuales incluso en su franja horaria televisiva.
La pornografía hiere sensiblemente al menor, pero también al adulto, y le incapacitará para entablar relaciones honestas con el sexo opuesto; le impide aprender a amar, pues la mujer será sólo un modo de pasarlo bien sin que tenga cabida la donación y el sacrificio propios de una relación amorosa.
Además, su consumo distorsiona la sexualidad convirtiéndola en un cada vez más difícil, en desencuentro y distanciamiento afectivo.
Lucy Rivera
rivelu20@gmail.com