No obstante, el presidente Zapatero autoriza a Artur Mas a emitir deuda para financiarse

 

Deuda en Cataluña: el resto de comunidades se subleva ante el trato de favor.

La visita del presidente de la Generalitat a Zapatero ya pronosticaba problemas para el líder del Ejecutivo. Y así ha sido. A las pocas horas de conocerse el contenido de la conversación, el resto de presidentes de las comunidades autónomas españolas, así como alcaldes, principalmente Alberto Ruiz Gallardón, han levantado la voz para pedir un trato parecido.

Artur Mas acudió a Moncloa para solicitar que se pudiera emitir deuda para financiarse, una petición que contradice toda la política que ha aplicado el Gobierno de reducción de gasto y contención de déficit. Cataluña acudía a la reunión con unas cuentas peligrosas. En valores absolutos es la comunidad con mayor cantidad de deuda (30.304 millones de euros en el tercer trimestre de 2010) o el 15,4% del PIB en la relación Ratio deuda/PIB. En porcentajes, sólo la Comunidad Valenciana (16,0%) supera a la catalana.

Aunque Zapatero niega que sea un trato de favor, hace unos meses rechazó que Gallardón pudiera emitir más deuda para financiar al ayuntamiento de la capital -es también llamativo que el ayuntamiento de la capital esté endeudado un 1.000% más que Barcelona- e hizo lo propio con la comunidad de Castilla-La Mancha (gobernada por Barreda, que en varias ocasiones ha puesto en entredicho al presidente del Gobierno). Por este motivo, desde todas las regiones se han levantado voces, algunas más fuertes que otras, pidiendo igualdad de trato para todos ya que en caso contrario, se rompería el actual modelo territorial.

Además, con este permiso de endeudamiento, se estaría rompiendo el objetivo que se ha marcado el Gobierno de endeudamiento de las comunidades que estaba cifrado en un 2,4% del PIB en 2010 y en el 1,3% en 2011.

Quien mejor ha definido el resultado de la reunión ha sido el presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, cuando ha manifestado que Mas hace honor a su apellido, pero en castellano más. Y es que el Parlamento, según palabras de Miguel Revilla, el presidente cántabro, parece un mercado persa donde van los nacionalistas a sacar dinero a cambio de votos. Es decir, lo que todos saben, pero nadie se atreve a atajar. Esto es, quizás lo que se criticaba del actual Estado de las Autonomías.

Juan María Piñero

juanmaria@hispanidad.com