Cada año Cáritas Española nos presenta las cifras de su Memoria, todo un testimonio de esperanza y solidaridad, como ha dicho su Secretario General, Sebastián Mora. En una coyuntura tan delicada como la que estamos atravesando, la buena noticia es que ha crecido el apoyo de voluntarios y donantes a la acción social de Cáritas en toda España.
Junto al ejemplo de coraje que dan quienes son los beneficiarios directos de la acción de Cáritas, el verdadero valor de esta Memoria anual viene marcado en esta ocasión por la generosidad y el compromiso cada vez mayor de voluntarios, socios y donantes, para estar allí donde no está nadie y caminar al lado de los últimos.
La Memoria nos pone ante el espejo un retrato duro, pero también positivo de la realidad española, de un escenario social sembrado todavía de muchas dificultades, pero donde late con más fuerza aún el corazón de Cáritas para que, solo durante 2013, más de cinco millones de personas fueran reconocidas en toda su dignidad y ayudadas en sus necesidades más básicas, que no siempre son de tipo material.
Ese corazón de Cáritas, por mucho que algunos mientan sobre ello, es el corazón de la misma Iglesia. Cáritas es Iglesia, su expresión más genuina de la caridad que nos interpela y nos invita a crear juntos una nueva realidad, muy distinta a la de la cultura del descarte.
Suso do Madrid