Sr. director:
Muy lúcido y hasta agudo ha estado el Papa Juan Pablo II al calificar a las parejas de hecho como "caricaturas de familia sin futuro". Difícilmente se podría encontrar una definición más exacta, con menos palabras, para designar tales uniones, que la usada por S.S. el Papa.
Algunos comentaristas ya habían calificado a tales uniones como parejas de "desecho".Otros, en un alarde de snobismo y de cierto seudo progresismo, habían equiparado a la familia tradicional tales invenciones.
Además, el Papa ha dejado bien claro que la familia tradicional ni ha pasado de moda ,ni ha encontrado recambio ni, mucho menos, está obsoleta, pues ella es "el futuro de la sociedad".
El Santo Padre ha presentado a la familia como "vía privilegiada de diálogo y reconciliación entre las distintas religiones y culturas, que comparten el mismo proyecto de vida".
Bien podrían ser estas certeras palabras del Vicario de Cristo un fuerte revulsivo para cuantos impulsados por ideologías partidistas, han demostrado un agravio comparativo entre la familia natural y "su caricatura". Se prestan al menos a seria reflexión para todos.
Miguel Rivilla San Martín