Una de las grandes victorias de la majadería modernista consiste en haber convertido en sinónimos los conceptos de cristiano y radical, de católico y ultra.

Siguen aquí la técnica de aquel gángster inteligente llamado Lenin, quien aconsejaba a sus sicarios eliminar a los sacerdotes fieles a Cristo pero cuidar con mimo a los curas infieles, es decir, corruptos, porque la corrupción de un cura consiste en su infidelidad a Cristo y al Papa.

Pues bien, el diario El País, honra y prez de la progresía hispana, acaba de determinar quién es quién en la política polaca, o, para ser exactos, ha decidido que Bronislaw Komorowski es liberal de derechas mientras Jaroslaw Kaczynski, hermano del presidente recientemente fallecido en accidente en aviación, es ultraconservador.

Se lo traduzco del idioma progresista -el famoso progrés- al román paladino: liberal de derechas quiere decir que es un cristiano que esconde su fe en público, mientras lo de

ultraconservador se aplica a aquel católico que no se avergüenza de serlo ni en su casa ni en el templo ni el Ministerio.

Se trata de una de las grandes victorias de la progresía: cualquier personaje público que se confiese cristiano y no oculte pudorosamente  tal vergonzante condición es un ultra. Como lo de ultraderechista o fachas no colaba, ahora el católico ha pasado a ser  ultraconservador, concepto que, en cualquier caso, siempre quedará grabado en las mentes débiles por el prefijo ultra. Pues nada, más valen los embustes de PRISA que la traición a Cristo.

No obstante, la progresía debería caer en la cuenta de que este sectarismo conceptual es demasiado grave y nos lleva a la violencia. Y no porque los cristianos reaccionemos violentamente sino porque las precitadas mentes débiles creerán prestar un servicio a la tolerancia arremetiendo contra todo lo que huela a cristiano. Claro que esto, a los chicos de Janli Cebrián, no tiene por qué importarles.

Pues eso, que Jaroslaw no es más que un católico que no quiere dejar de serlo mientras trabaja en política. Porque calificar de ultra a uno de los sindicalistas de Solidaridad que terminó con la tiranía comunista y se jugó con ello libertad y vida, hay que ser muy miserable.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com