El calvario de la petrolera española Repsol YPF no ha terminado. La prensa internacional y el mudillo financiero, especialmente los bancos de inversión, no descienden a los matices sobre una empresa española que ocupa el octavo puesto en el ranking mundial. Para ellos, ha habido una irregularidad: Repsol YPF confesó al órgano regulador de la bolsa norteamericana que sus reservas de crudo y gas eran un 25% inferiores a lo certificado ante la SEC.
A pesar de que el caso no es similar al de Shell, lo cierto es que la SEC apura mucho cualquier información errónea que se facilite a los accionistas. Así, el propio presidente de la petrolera, Antonio Brufau espera que el órgano de regulación bursátil más famosos del mundo abra una expediente informativo para saber todo lo ocurrido. Eso sí, el presidente de Repsol considera que la apertura de dicho expediente no es nada grave: la SEC acostumbra a hacerlo y esto no presupone un escándalo. Es lo esperado. Sin embargo, el daño de imagen para la compañía es relevante.
Al mismo tiempo, se ratifica que el problema no está en Bolivia, sino en la Argentina, responsable del 41% del error de cálculo. En Repsol YPF ya hay hombres de Brufau investigando a qué precio se compró YPF, y si ese precio estaba sobrevalorado porque se inflaron las reservas de crudo y gas, lo que abriría la puerta a todo tipo de especulaciones, sobornos incluidos (la compra se hizo durante la Presidencia de Carlos Menem).
Lo de Bolivia es problema de otro cariz. El presidente Evo Morales y su ministro de Hidrocarburos, Andrés Solis Rada se deslizan con velocidad acelerada por el plan inclinado de la demagogia. Rada aprovechó el mea culpa de la petrolera española para decir que el error estaba directamente relacionado con la presentación de reservas ante la SEC que eran propiedad del Gobierno boliviano. Por supuesto que sí, dado que la nacionalización todavía no se ha producido. Pero es que, además, a la SEC le importa poco que las reservas de las que habla Repsol YPF sean propiedad suya o sean propiedad del Estado pero gestionadas por Repsol mediante una contrata: a efectos del SEC es exactamente igual. Pero Solís echa leña al fueg Me atrevería a decir que con esa situación que ha ocurrido en Repsol YPF se ha dado un paso gigantesco en la nacionalización de hidrocarburos, en la medida en que no son las empresas las que van a determinar el manejo de nuestras reservas, sino que será el Estado nacional el que lo va a hacer. En primer lugar, una cosa no tiene que ver con la otra, y en segundo lugar, la petrolera española ha sido, precisamente, la principal partidaria de la nacionalización. De lo que no es partidaria, es de que les suban los impuestos por extracción y venta, claro está, ni de que por un populismo antiimperialista, se impida vender gas boliviano a Estados Unidos, precisamente le mejor cliente y el que mejor pagaría por dicho gas.
En el colmo de la insensatez, el ministro de Morales se congratula de que el consorcio Pacific LNG, formado por Repsol, British Petroleum y British Gas, no exporte gas boliviano a USA. Es más, amenaza con una investigación a Andina, consorcio formado entre Repsol y el propio Estado boliviano para la explotación de gas, a la que se acusa de contrabando. En definitiva, las relaciones de la primera petrolera española con el Gobierno Morales, recibido en España por Zapatero con todos los honores, están en su peor momento. En efecto, no sería de extrañar que Repsol YPF se viera obligada a abandonar el país o a reducir al mínimo sus inversiones.
Lo cual no es muy importante para Bolivia, pero sí para la desanimar a todo aquel que quiera invertir en aquel país. La respuesta del Gobierno Morales es siempre la misma: nuestros amigos venezolanos, Hugo Chávez, sí que saben extraer petróleo, él puede ser el sustituto.
Por otra parte, en la petrolera tiene muy claro que nos puede confundir a quien creó el problema con quien lo está solucionando. Y es que entre los bancos de inversión se recuerda que el presidente de la Comisión de Auditoría del Consejo de Repsol YPF en la época de Alfonso Cortina era Antonio Brufau. Ahora bien. Brufau ha recordado que en aquel tiempo era la propia División de Exploración, que presidía el hoy cesado Miguel Ángel Remón, quien hacía el negocio y controlaba las reservas. Fue Brufau, insisten las mismas fuentes, quien desligó amabas funciones y convirtió a la Comisión de Auditoría del Consejo en el órgano medidor de reservas, controlador, por tanto de la división de Exploración. Y ese órgano es el que ha descubierto el monumental error del 25%.
Por otra parte, la crisis de imagen provocada por la disminución de reservas con su correspondiente impacto bursátil- así como el hecho de que en febrero finalice la acción de oro de la petrolera, o veto político y protector del Estado frente a depredadores extranjeros ha provocado rumores sobre Repsol, una empresa rentable a la que los gigantes del sector, por ejemplo la francesa Total, o la británica BP, siempre han mirado con ojos codiciosos. En Repsol YPF, cuyo principal accionista es La Caixa, tienen claro que su fuerte liquidez le permite pensar en comprar alguna otra petrolera de tamaño medio. El problema es que quedan pocas petroleras de ese tamaño.