Nada descubriré si afirmo que la economía española atraviesa por una gravísima y profunda crisis.
Los políticos encargados de las finanzas, ya sea por el motivo que sea, no acaban de acertar con medidas eficaces que ayuden a emerger del profundo pozo en el que estamos sumidos. Ante esta situación alguna agencia de calificación de créditos ha rebajado la fiabilidad de los bonos de la deuda española.
A todo esto hay políticos que, habiendo demostrado su capacidad y bien hacer en su economía particular se encuentran desaprovechados, pues aun ocupando importantes cargos, éstos carecen de influencia económica. Me refiero, concretamente, al Sr. Bono, presidente del Congreso de los diputados.
Si este extraordinario económico y político, al que avala un fulgurante y exitoso balance económico, optase por tomar las riendas del carro de la economía española no tardaríamos en disfrutar de sus benéficos efectos y las agencias antes citadas no les quedaría más remedio que volver a recalificar a los bonos españoles como lo más fiables del mundo, devolviéndoles la máxima calificación de la triple A.
Manuel Villena Lázaro