Cebrián quiere que invierta 2.000 millones en el multimedia

Los alemanes se convertirían en el caballero blanco que buscan los Polanco y, ojo, Juan Luis Cebrián. El grupo alemán, conocido por sus orígenes ultraderechistas, se ha aproximado a la Internacional Socialista. Por esa vía ha conectado con la agobiada PRISA. Janli continúa empeñado en que Timón reduzca su participación hasta el mismo porcentaje del nuevo socio. Lo de Slim queda aparcado: el mexicano se ha mostrado prepotente y ofensivo

La cosa es sencilla: el grupo PRISA está en quiebra y si no fuera un poderoso e influyente grupo editorial ya estaría en los juzgados, con una deuda que roza los 6.000 millones de euros. Al mismo tiempo, la familia Polanco, y sus aliados de Timón, los Pérez González, sienten la tentación de renunciar a la herencia del fallecido Jesús Polanco, dejar de gestionar y vivir de las rentas. Todos menos Javier Díez Polanco, el sobrino. Por su parte, Juan Luis Cebrián, siempre leal, intenta aprovechar la confusión para hacerse con el poder. Primero lo intentó con el mexicano Carlos Slim, vía Felipe González, pero la prepotencia del líder de Telmex le hizo retroceder. Además, PRISA necesita para ya 2.000 millones de euros, y Slim sólo estaba dispuesto a comprar el 33% a precio de mercado (ahora mismo serían 200 millones de euros, precio de verdadero saldo) y con la exigencia de que Timón, el accionista de referencia propiedad de los Polanco y de Pancho Pérez, rebajara su actual participación hasta el 33%. Una petición de parte, porque es Juan Luis Cebrián quien busca un socio del 33% frente a unos Polanco del 33%... y coger él la batuta del Grupo.

Así que como Slim no salió Cebrián, siempre por su conexiones políticas, se fue a hablar con la familia Mohn, más bien con los chicos de Ursula Mohn, la verdadera mandamás de Bertelsmann. La conexión vuelve a ser la Internacional socialista. No olvidemos que el grupo editorial alemán todavía sigue lavando su pasado inicial. Fundado por un teniente del Ejército alemán, creció como la espuma en poquísimos años, de tal forma que siempre ha sido sospechoso de convivencia con los presos del nazismo. De ahí que siempre haya tenido un especial interés en mantener buenas relaciones con la Internacional socialista en general y con el PSOE en particular: puede decirse que donde más tiempo pasa la familia Mohn es en Mallorca. Por cierto, que los propietarios de Bertelsmann también se llevan a las mil maravillas con SM el Rey de España.

Y sí, Bertelsmann se ha mostrado más comprensivo que el turco-mexicano Slim. Está dispuesto a poner esos 2.000 millones de euros que PRISA necesita con urgencia -se baraja una operación de bonos convertibles en acciones- para quedarse luego con el 33% del entramado. Y mandando, claro está, don Juan Luis Cebrián.

Es decir, que los 2.000 millones que, según Janli  buscaba PRISA en el mercado ya han sido avistados. Sólo que ese mercado se llama Bertelsmann.

Eso sí, los alemanes están muy asombrado de lo que se encuentran: un Grupo que debe 6.000 millones de euros, que tiene un EBITDA de 750 y un beneficio de 200. Y sin activos patrimoniales, oiga usted. Vamos que si fuera una empresa normal (es decir, que se atuviera a la norma), los bancos ya le habrían embargado. Pero, como diría ZP, todo sea por el fomento de la creación y la innovación.