Enorme esfuerzo de capital del banco a cambio de una entidad que no va a controlar y en un país inestable. El Garanti mantiene al presidente y al consejero delegado. FG trata de emular al Santander, pero no puede hacerlo peor. Y encima, su socio es local y editor

 

Finalmente, BBVA anunció este martes que entra en el capital del banco turco Garanti Bank. Adquiere en total un 24,89% de la entidad por 4.195 millones de euros. Para ello, BBVA hará una ampliación de capital de 5.000 millones de euros.

La operación supone además un pacto con el principal accionista para co-dirigir el banco. De esta forma, se cumple aparentemente con la filosofía enunciada por Ángel Cano en la presentación de resultados de BBVA: operaciones no dilutivas, con retorno superior a la inversión y en las que tengan capacidad de control. El hecho es que BBVA nombrará cuatro miembros del consejo, frente a otros cuatro nombrados por la matriz Dogus, y podrá nombrar a un tercio de los consejeros cuando hayan transcurrido cinco años. Además, el presidente y el consejero delegado del Garanti no cambian. Juzguen ustedes si eso es control.

La prueba es que el mercado respondía con una bajada de la acción del BBVA, castigando no sólo la dudosa capacidad de control sino el hecho de que el Garanti se encuentra en un país inestable: la UE se está decantando por la no admisión, pese a la Alianza de Civilizaciones de ZP, y sigue vigente la dura pugna interior entre fundamentalistas y laicos.

¿Por qué, entonces, da este paso BBVA? Su más directo competidor, el Santander, se ha despegado en la carrera por la expansión internacional con la adquisición de grandes bancos en Brasil, México y Reino Unido. A BBVA sólo le ha salido bien el mexicano Bancomer, mientras sus otros intentos han resultado fallidos o han logrado la adquisición de bancos-castaña, que son más un lastre que un motor. Del olfato de FG para las compras dice mucho su resistencia a culminar precisamente el control sobre Bancomer: en la era de la co-presidencia de FG y Emilio Ybarra, ambos directivos se disponían a ampliar la participación del BBVA en Bancomer. Estando allí se produjeron los atentados del 11-S. Este continente es una mierda, dijo FG dispuesto a abandonar la operación. Fue Ibarra el responsable de concluirla.

Ahora, FG se encontraba ante la presión de hacer algo y ha visto en el Garanti una oportunidad de seguir en su intento de emular al Santander. Cierto: es el segundo banco de un país con 70 millones de habitantes pero, además de las trabas enumeradas, el BBVA juega como visitante. Su socio local es el Grupo Dogus, presidido por Ferit Sahenk, hijo del fundador del grupo. Sahenk, nacido en 1963, es una de las mayores fortunas individuales del país. Sus medios de comunicación acaparan el 10% de la publicidad en Turquía.

En definitiva, puede que los turcos reciban con los brazos abiertos a un banco español que les pueda enseñar a hacer banca minorista, pero se hace difícil que BBVA se haga con el control. Ni siquiera a partes iguales.

Mariano Tomás

mariano@hispanidad.com