La exclusiva corresponde a Expansión, y el mismo diario reconoce que el intento ha fracasado en toda Europa, entre otras cosas porque un Ejecutivo tiene muchas formas de cobrar.
La verdad es que sobre salarios de consejeros y de ejecutivos el asunto está bastante claro aunque ¡por interés propio se oculte!
Lo justo es que los accionistas, es decir, los propietarios, decidan el salario de los consejeros que les representan y de los ejecutivos encargados de administrar su dinero. Ojo no que sean informados, según el algo manido concepto de trasparencia, sino que sean ellos los que decidan cuánto cobra cada miembro de la dirección. Decretarlo con la promulgación de normas o directrices sólo sirve para que quien hizo la ley haga la trampa.
En cualquier caso, cualquier intento de la austeridad debe ser bienvenido. Por cierto ¿por qué el Banco de España se carga las cajas de ahorros y las convierte en bancos cuando sabe que lo único que a un gestor de cajas puede atraerle de su conversión en banco es el mayor salario de los directivos en una sociedad anónima que en otra mutual?
Pero en el esquema del Banco de España hay otra falla. Lo que se pretende reduciendo sueldos es reducir la actividad financiera especulativa que nos llevó la crisis, y que es la más rentable para los directivos de bancos de inversión, especialistas en perder el dinero de sus clientes y salir airosos. Por tanto, no se trata de reducir salarios y amputando lo segundo reducimos lo primero. Porque lo dañino para el bien común no es que una serie de señores ganen mucho sino cómo lo ganan.
¿Que resulta complicado penar las actividades especulativas de los banqueros e intermediarios financieros? Pues aún más difícil es reducir sus emolumentos y no afecta a la raíz del problema.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com