Pero los salarios españoles se sitúan por debajo de la media europea.
Como cada mes, la entidad que gobierna Miguel Ángel Fernández Ordóñez ha publicado el informe económico en el que se muestran todos los datos económicos relevantes de los últimos meses. El tema destacado ha sido el de los precios, debido a la creciente inflación que afecta ya a España. En febrero, la variación interanual de los indicadores adelantados del IPC y del IAPC muestra un nuevo incremento (hasta el 3,6% y el 3,4%, respectivamente), mientras que en la zona del euro, el indicador adelantado del IAPC de febrero arrojó un crecimiento interanual del 2,4%. Es decir, que España está un 1% por encima de la media europea.
Por ello, el BCE ha advertido de que si no se flexibilizan los salarios en el actual contexto de repunte de precios, el IPC se mantendrá al alza, socavando la competitividad y reduciendo la actividad económica y la creación de empleo.
En el informe se señala que el mantenimiento de estas pautas -un repunte de la inflación, que debería ser temporal, pues una parte significativa obedece al impacto de algunos incrementos impositivos y a la subida del precio del petróleo- de determinación salarial conduciría al mantenimiento de tasas de inflación elevadas.
MAFO estima la reforma laboral debería contribuir a reducir la rigidez salarial, insta también a sindicatos y empresarios a aprovechar la reforma de la negociación colectiva para aumentar la flexibilidad salarial y reducir, de esta forma, la excesiva volatilidad del empleo. Es decir, que se acerca a la propuesta de la canciller alemana de desvincular salarios y precios y referenciarlos a la productividad.
Sin embargo, también habría que recordar el gobernador del BCE que los salarios españoles son de los más bajos dentro de la Unión Europea, por lo que la moderación salarial que se pide no cuadra con el salario medio que percibe un trabajador español.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com