• Aumentan las bajas físicas pero, sobre todo, psicológicas, entre un colectivo que ha convocado 24 jornadas de huelga en fechas clave.
  • ¿Qué médico no concedería la baja a un piloto deprimido? Lo primero, la seguridad.
  • Por pura casualidad, la epidemia coincide con un aumento de los avisos por averías y de las llamadas a Mantenimiento.
  • Asimismo, desde que se anunció la creación de Iberia Express, los rodajes son lentos tanto al despegar como al aterrizar, lo que genera retrasos.
  • El problema no es sólo la caída en picado de Iberia sino el daño provocado en el sector turístico.

No, no es que los pilotos del SEPLA-Iberia estén haciendo sabotaje, tampoco que estén efectuando una huelga de celo, porque ambas actividades serían ilegales. Sencillamente es que desde que comenzara el conflicto que les enfrenta a la dirección de la aerolínea por la creación de Iberia Express, se están reproduciendo una serie de casualidades que perjudican al cliente y, por tanto, a la compañía.

Y ahora que la compañía ha despedido a 3 pilotos, las casualidades van en aumento. La primera de ellas es el aumento de bajas médicas de pilotos, que no se compadecen como las bajas ni entre los auxiliares de vuelo ni entre el personal de tierra.

Se trata, además, de bajas, en su mayoría, por depresión. Naturalmente, pocos doctores se atreven a negarle la baja a un piloto deprimido: la seguridad de los pasajeros está en juego y la seguridad, todos los sabemos, es sagrada.

Al mismo tiempo, otra casualidad, aumentan las averías y los avisos a mantenimiento por todo tipo de anomalías. La consecuencia de este aumento son, naturalmente, retrasos en el servicio.

Tercera casualidad: los rodajes en los despegues y en los aterrizajes son más lentos a medida que se agrava el conflicto. Esto, además de retrasos, provoca que en el último vuelo de la jornada de un piloto éste pueda aducir que "se ha pasado de actividad", esto es, que ha superado sus horas de vuelo y que, por tanto, se marcha al hotel. Conclusión: un vuelo, con sus pasajeros preparado, se deja para el día siguiente.

Por cierto, ¿por qué fue despedido el primer piloto -ya van tres- de Iberia, lo que ha supuesto que el SEPLA haya convocado 24 nuevas jornadas de huelga allá donde más daño pueden hacer: Semana Santa puente de mayo, etc.? Pues se trataba de un piloto que estaba en Incidencias. Esto es, un mes entero en casa, cobrando su salario íntegro, con la única obligación de llamar dos veces al día a la compañía por si acaso se necesitaran sus servicios. Se le llamó porque, en efecto, se le necesitaba para programarle una imaginaria -grado de disponibilidad mucho más próxima-, y alegó que no había descansado sus 12 horas. La verdad es que no había nada que descansar pues no había volado, simplemente estaba de guardia por si acaso, y el 'por si acaso' llegó pero él se negó a incorporarse.

Los otros dos despedidos se han debido a un reprogramación de vuelo, precisamente provocado por la huelga. Ambos despedidos se negaron a aceptar porque implicaba un cambio de destino en el vuelo.

Mientras, el sector turístico tiembla y la situación contable de Iberia -3 millones de euros perdidos por cada jornada de paros y pérdidas de clientes y de imagen- empieza a resentirse.

Miriam Prat

miriam@hispanidad.com