Piqué se hace querer. Sabe que si los números salen, podría apoyar una candidatura de CiU y evitar que los catalanistas tengan que pactar con cualquier otra fuerza posible. Sabe también que hay 200.000 votantes que escogen PP en las nacionales y CiU en las autonómicas y trata de arañar esos votos con el argumento de que son más racionales, menos radicalizados, aunque también catalanes. Esa es su estrategia. Y la de Rajoy también. Por eso Piqué sigue siendo el presidente de un partido cuyas bases no le quieren.
Pero todo esto también lo sabe Artur Mas que trata de desvincularse del PP lo máximo posible. Aunque quisiéramos, no podríamos, ¿cómo vamos a pactar con un partido que ha presentado un recurso de inconstitucionalidad al Estatut?, señala recientemente en un desayuno madrileño. Pero el mensaje no debe de haber calado y Mas eleva el tono. En la mañana de este martes, en el Ruedo Ibérico de A3TV, el candidato convergente afirmaba con rotundidad que jamás pactarían con el PP, que ningún partido pactaría con el PP y advertía a los votantes populares que su voto sería inútil.
¿Es posible el pacto con ERC?, le preguntaron. Todas las opciones están abiertas, salvo el PP, responde. Una manera velada de amanerar a Zapatero : Tenemos otras opciones además de seguir el acuerdo de gobernar con el PSC. Claro que Montilla no está dispuesto a ser conseller en cap y si le salen los números, que le saldrán, reeditará el tripartito, para escarnio de unos catalanistas que se fiaron de la palabra de un Zapatero que no consigue controlar a un partido federado.
Además, Mas defendió a Rubianes con el argumento de la libertad de expresión. Señaló que en Cataluña se representaron obras de teatro críticas con Pujol y no pasó nada. Ya, ¿pero a que no se representaban en teatros de titularidad pública y subvencionados? No es lo mismo.