En estas breves líneas quisiera corresponder, con una leyenda, al terrorífico y mítico cuento que el Sr. Arturo Mas nos ha obligado a escuchar infinidad de veces en estos últimos tiempos.
Cuentan que, allá por el año 1.500, la población sevillana de Morón estaba dividida en dos bandos irreconciliables. Bastaba que uno dijese blanco, para que el otro dijese negro, con los consiguientes altercados de convivencia. Ante tan problemática y tensa situación determinó la autoridad tomar cartas en el asunto y envió un juez con acreditada fama de severo.
El lema de este juez era: "Donde canta este gallo no canta ningún otro". Llegado a Morón, sus actuaciones, en cualquier momento y ocasión, eran altaneras, chulescas, prepotentes e incluso provocativas. Hartos los vecinos, ¡al fin se pusieron de acuerdo en algo!, al tiempo que lo despojaron de sus ropas, le dieron una soberana paliza.
De este hecho o leyenda proviene el afamado y consabido dicho: "Como el gallo de Morón, sin plumas y cacareando".
Manuel Villena Lázaro