Vivendi, Mediaset y Telefóncia son las únicas bazas que le quedan a Cebrián. La operadora ha perdido interés al no estar sus competidores France Telecom y ONO. Se acentúan las diferencias internas: Los Polanco quieren vender todo el grupo, mientras Cebrián intenta colocarle el 33% a Bertelsmann y tomar el control
Las uvas están verdes, dijo la zorra. El miércoles vencía el plazo para presentar ofertas por la plataforma de TV digital Digital , que PRISA necesita desesperadamente vender para achicar agua, es decir reducir una deuda que se aproxima a los 6.000 millones de euros. Lo malo es que no llegó ni una sola oferta, y sólo Vivendi, Mediaset (con las divisiones que ya hemos mencionado entre Berlusconi y Vasile) y Telefónica. La operadora ha perdido interés, porque ya no están sus competidores, ONO y France Telecom. FT fue utilizada por Cebrián como señuelo para activar el mecanismo defensivo de Telefónica, pero la propia FT desmintió a Hispanidad que tuviera interés alguno. Por su parte, lo de ONO fue una huída hacia adelante de Eugenio Galdón para mantenerse en el cargo, pero ha sido cesado.
Así que se han dado un nuevo plazo hasta el día 20. Lo malo es que tendrá que rebajar mucho el precio, y si no obtiene más de 2.000 millones de euros por la plataforma... ni tan siquiera pagarán la deuda de Sogecable.
Además, las diferencias entre los Polanco y Cebrián se acentúan. Toda PRISA no vale ni 700 millones de euros en Bolsa. Cebrián pretende que Timón reduzca su participación hasta el 33% y que otro paquete similar sea adquirido por Bertelsmann. Pero la deuda es demasiado grande y los Polanco -los hermanos Ignacio y Manuel y el viudo de Isabel Polanco- quieren vender el 100 por 100 del Grupo, con un OPA muy por encima del valor de Bolsa, y dedicarse a vivir de las rentas. Eso supondría, claro, la jubilación de Juan Luis Cebrián.
En definitiva, el grupo informativo más importante de España está en quiebra técnica y la salida parece difícil. Prórroga hasta el día 20, con Junta donde se deberán tomar decisiones.