Según Cándido Méndez, el paro ha bajado en julio porque esa es la política adecuada: no recortar subvenciones y crear empleo con dinero público.

El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, fue más allá, y nos explicó que no cantáramos victoria porque todavía no habíamos salido de la crisis. ¡Muchas gracias, gracias, don Celestino!

Habrá que insistir, si el paro se multiplica, una rebaja de meses -además paro registrado, no el que mide la EPA, mucho más fiable- es porque no puede ser de otra forma. Los porcentajes sobre niveles relativos -por lo general respecto al mismo periodo del ciclo anual anterior- por lo que no puede ni bajar ni subir indefinidamente. Los inversores bursátiles se lo saben muy bien.

Hoy ha vuelto a ocurrir: las ventas en comercio ya no caen en la Unión Europea con la celeridad de hace un año: natural, si la gente no compra se muere de inanición.

Lo de Cándido Méndez, secretario general de UGT, un hombre que ya no lucha por el empleo y los salarios dignos sino por subsidios públicos y porque el PSOE se mantiene en el poder, asegura que el bajoncito del paro en julio da la razón a quienes piensan que el Gobierno hizo muy bien creando empleo con el Plan E. Vamos a ver, el Gobierno ha creado empleos transitorios -y probablemente ha hecho bien, ante la crudeza de la crisis- a costa de traspasar fondos a los ayuntamientos aunque hubiera sido mejor que les ayudara a pagar sus deudas, pues miles de autónomos y micropymes han cerrado porque los municipios no les pagan.

El Estado, también puede crear empleo construyendo infraestructuras, porque esa infraestructura será aprovechada luego por la iniciativa privada para crear empleos más justificados, ergo más duraderos. Ahora bien, ofrecer dinero a los municipios, no porque esos reduzcan deuda sino para que hagan cosas es pan para hoy y hambre para mañana.

Miren ustedes, por el momento, las cifras que ofrece la economía real concluyen que la crisis no sólo no ha acabado, sino que se prepara para el cierre masivo de pequeños negocios a la vuelta del verano, así como un crecimiento de la mora bancaria, la famosa tercera oleada, sencillamente porque el burro ya no aguanta tanta carga.

Aquí el único sector que remonta es la Bolsa, es decir, los mercados financieros culpables de la crisis, que han eludido la crisis gracias al dinero público que les ha dado el Estado y que se disponen a volver a las andadas ya mismo.

Es el análisis económico en tiempos de crisis. Pero interesa que no nos tomen el pelo. El Gobierno Zapatero lo tiene fácil porque enfrente hay lo de siempre: un PP acomplejado, un desastre donde las mejores espadas -Cristóbal Montoro, por ejemplo- están hartos de que no se les haga caso.

Hoy, el discurso económico más coherente no lo hacen ni el PSOE ni el PP; ni la izquierda ni la derecha, sino los catalanes de CIU, pero la tontuna nacionalista de Artur Mas, ahora empeñado en superar en independentismo a ERC, les mantiene escondidos bajo la alfombra.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com