Cuando la candidatura de Rubalcaba era, aunque fundado, todavía un rumor y se creía que Rubalcaba disputaría con Chacón las primarias, Blanco no quiso posicionarse claramente. Señaló que Alfredo era una gran baza, pero que él se definiría llegado el momento. Era demasiado pronto y quizás Pepiño soñaba con la posibilidad de ser él el candidato, pero no quería buscarse enemigos antes de tiempo. El caso de Chacón demostró que esa sigue siendo una norma de supervivencia política todavía válida.
Rubalcaba tampoco quiere desgastes innecesarios. Preguntado sobre la posibilidad de contar con Blanco para su programa electoral, el todavía vicepresidente afirmó que habían estado juntos ocho años y que esperaba seguir contando con él muchos más. No es lo que se dice deshacerse en elogios, pero la prudencia manda.
Lo cierto es que Rubalcaba sólo es el candidato y todavía no manda en el partido. Pepiño es un hombre de Zapatero: si quisiera un retiro dorado disputando la Presidencia de Galicia a Núñez Feijóo en 2013 y dejando vía libre en la vicesecretaría general del PSOE cuando Rubalcaba sea "el One", el compañero Alfredo no le pondría obstáculos.
Mientras tanto, Rubalcaba aplica el famoso principio Corleone: "Ten cerca a tus amigos, pero más cerca de tus enemigos".
Rodrigo Martín
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