Como ya hemos informado, el actual presidente de la AVT, Francisco José Alcaraz, ha denunciado una campaña para acabar con la actual junta directiva de la asociación con la intención de despolitizarla, es decir, anular la oposición que la AVT está realizando al proceso de rendición del gobierno a ETA.

Los hechos son los siguientes. Alcaraz habló con Pablo Broseta para preguntarle sobre sus intenciones de presentarse a la presidencia de la AVT. Broseta le manifestó su voluntad de no presentarse porque tenía mucha carga de trabajo. Sin embargo, ahora aparece en los medios como candidato en la asamblea que la AVT celebrará este sábado. ¿Por qué ese doble mensaje? ¿Qué oculta Broseta?

Según Alcaraz, dos son los motivos de su candidatura. En primer lugar, tratar de desactivar la querella presentada por la actual junta directiva contra el anterior equipo de gestión. Eso explicaría, según Alcaraz, que la anterior junta directiva se llevara los archivos de la asociación y los esté utilizando ahora para ponerse en contacto con los socios.

Pero existe un segundo motivo mucho más grave. Alcaraz denuncia que Broseta es el tapado del alto Comisionado para las Víctimas, Gregorio Peces-Barba, que ha controlado a todas las asociaciones de víctimas, menos a la nuestra. Eso explica los mensajes del candidato opositor: hay que despolitizar la asociación, no podemos decir siempre que no, etc.

¿Quién ganará? Depende. Si la asistencia es masiva, Alcaraz no tiene ninguna duda de que la actual junta directiva revalidará el mandato para los próximos dos años. Sin embargo, si la asistencia flojea, como suele ocurrir en una asamblea de carácter técnico, es posible que la movilización de Broseta termine imponiéndose.