Mi querida Venezuela ha estado regida durante varios lustros por el peligroso y astuto Hugo Chávez y ahora la ha sucedido el peligroso y majadero Nicolás Maduro. La penúltima ha consistido en acusar a una empresa, y de paso a la oposición, de acaparar papel higiénico. Y claro, eso no puede ser. Estamos hablando de un producto de primera necesidad, pieza estratégica de la soberanía bolivariana.
Para un pueblo que carece de alimentos básicos, racionados, y donde el miedo reina en casas y calles porque la delincuencia impera, la noticia del papel higiénico resulta extraordinariamente impactante. Está claro que la CIA no deja de moverse y corremos el riesgo, serio, de que ahora las terminales del imperio siembren Venezuela de productos diarreicos lo que elevaría la alerta nacional hasta grados de tragedia.
Y la noticia también resulta extraordinariamente ilustrativa… acerca de la degeneración política, que no social, en la que ha caído Iberoamérica.
Con líderes como Maduro, Cristina Fernández, Múgica y Rafael Correa -éste, sin bromas, el más peligroso de todos- en Hispanoamérica puede ocurrir cualquier cosa. Por de pronto, que los hispanos nos convirtamos en el hazmerreír del mundo. No es agradable.
Eulogio López
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