A pesar de no haber querido escuchar a la voz de la calle, el Gobierno Zapatero se ha encontrado de bruces con una manifestación que todavía trae eco

Sr. Director:

Tras las manifestaciones por la vida,  diversas asociaciones han sido recibidas por la ministra de Igualdad. Algunas no solicitaron participar, pues están seguras de que la decisión está tomada antes incluso de reunirse la subcomisión parlamentaria, a la que no fue llamada ni Provida ni  la Organización Médica Colegial; pero sí los representantes de clínicas abortistas.

El Gobierno ha seguido esta estrategia: primero ha sentenciado el aborto libre y luego ha decidido el diálogo pero sólo con algunos. Las clínicas abortistas están como de boda, pues se van a poner las botas: el aborto es un negocio con vidas humanas. Al frente de ese contradictorio ministerio de igualdad, una abortista. El plan de aborto libre viene marcado por la izquierda radical. A ZP y sus secuaces no les interesan las convicciones de los defensores de la vida ni de los científicos. Y están ciegos: no se dan cuenta de que en España hay mucha gente con sensibilidad por la vida de los inocentes.

La sociedad se ha movilizado. No podemos consentir que se mate impunemente a niños en el vientre materno y se dañe a sus madres porque se vean solas y presionadas muchas de ella por sus parejas machistas. El aborto no es cosa de política sino de humanidad. Pierden la madre y el hijo. El aborto es antisocial.

Josefa Morales

pepitamorales18@gmail.com