Disciplina de voto, cáncer de la Democracia

Lo ocurrido en el Capitolio el lunes 29 pasará a la historia de la libertad (¿existe alguna otra historia?). Sí, sé que la noticia era la no aprobación del Plan Bush, pero lo que debía quedar escrito en letras de molde es la ruptura de la disciplina de voto por parte de dos de cada tres congresistas republicanos, además de unos 90 demócratas. Algo maravilloso, formidable, inigualable, una de esas grandezas del sistema americano.

El hecho recuerda cuando Eugenio Nasarre se atrevió a romper la disciplina de voto del Partido Popular y votó en contra de la ley de investigación Biomédica, es decir, la ley más nazi del Gobierno Zapatero: ¡Fue sancionado por su propia formación, el PP!, que siempre corre presurosa en defensa de la vida.

En definitiva, la disciplina de voto rompe con la independencia de los elegidos por el pueblo, y pervierte el sistema de democrático entero, hasta convertirlo en una partitocracia. En Europa la disciplina de voto constituye la pieza clave del sistema y el cáncer de la democracia. En USA se vota en conciencia. En Europa, el Plan Bush hubiera sido aprobado con el determinismo fatalista que empaña al Viejo Continente, pero USA, en este caso afortunadamente, es más joven.

Palin regresa al proscenio

Los analistas más empalagosos afirman que Palin se refugia detrás de McCain. Uno diría que es justamente al revés, que McCain se refugia detrás de Palin al tiempo que siente envidia por la popularidad de su vicepresidenta, popularidad que ni toda la campaña abyecta, de verdadero linchamiento, ferozmente sexista, ha logrado ocultar. Ahora se va a enfrentar a Joe Biden, y creo que no necesita tanta preparación en política exterior como, según se comenta, se le están proporcionando: ¿Quién ha dicho que a los norteamericanos les preocupa la política exterior? En tal caso lo que les preocupa es su seguridad, que no es exactamente lo mismo, y más en los tiempos de la III Guerra Mundial que es la guerra contra el terrorismo.

Con Palin se está dejando ver que los varones se dividen en machistas y misóginos. Machistas son aquellos que desconfían de la inteligencia de la mujer, mientras los misóginos son los que desconfían de la bondad de las mujeres.

Hay un tercer tipo de hombres, que son los que unen a su machismo su misoginia: estos últimos reciben el nombre de progresistas, y cuando hablan de liberación de la mujer en lo que están pensando es acostarse con muchas mujeres. Gustan llamarse a sí mismos feministas, pero ya se sabe que sólo hay algo más tonto que un obrero de derechas: un hombre feminista.

Al parecer, a muchos les preocupa una Palin presidenta. A mí lo que me preocupa es un McCain presidente -y no digamos nadad un Obama-, porque para gobernar un país no hacen falta técnicos -y no digo que la gobernadora de Alaska no lo sea-. De otra forma, los gobiernos no serían gobiernos sino 'gestiernos', y los primeros ministros saldrían de las escuelas de negocios, siendo presidente el de mejor expediente académico. Técnicos siempre se encuentran, gente coherente con sus principios -y que sean buenos principios- hay muchos menos. Sarah Palin parece uno de ellos.

¿Obama ganador?

En Europa siempre se olvida el sistema electoral estadounidenses, donde un sólo voto de más en un Estado supone llevarse el conjunto de los votos electorales. Conviene repasar el mapa adjunto del New York Times.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com