El portavoz del Ejecutivo destaca que el 31% de los electores aun no se ha decidido
Rodrigo Martín
José Blanco siempre ha presumido de ser el único que en la semana del 11-M ya tenía encuestas que vaticinaban la victoria del PSOE. Se trataba de demostrar así que el ascenso de Zapatero no tenía que ver con los atentados de la Estación de Atocha y, de paso, Blanco se apuntaba un tanto como adivino de la corte.
De tanto repetirlo, ha acabado creyéndolo. Este viernes el ministro portavoz no quiso resistirse a destacar, como conocedor de la materia electoral, el dato del 31% de indecisos revelado por la encuesta del CIS, en la que lo más llamativo es la arrolladora diferencia entre PP y PSOE. Pero, después de tirar la piedra escondió la mano y recordó que comparecía como miembro del Gobierno y no del partido, una frontera falsa pero útil cuando se trata de evitar declaraciones. Blanco solo quiso destacar el dato, sin hacer análisis, aunque el sólo hecho de destacarlo ya supone un análisis.
En pocas palabras, el ministro quiso recordar que no está todo el pescado vendido y que casi un tercio de indecisos puede cambiar el panorama si, como en las dos anteriores elecciones, surge algo inesperado.
Rodrigo Martín
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