Este santo del siglo IV, abandonó la noche de bodas a su esposa y jamás volvió con ella. Vivió como ermitaño en la zona de Edessa, la actual Urfa (Turquía). Su fama de santidad hizo que el obispo de Lampsaco (actualmente, la ciudad turca de Lapseki), le encomendara evangelizar a los habitantes de un poblado, sito en su diócesis. Estos habitantes eran extraordinariamente belicosos. Abraham acepta y es ordenado sacerdote. Construye una hermosa iglesia para que se hagan idea de la grandeza de Dios. Pero en cuanto comienza a predicar le apalean. Al día siguiente vuelve Abraham, y ocurre lo mismo. Y así sucede día tras día, al punto que en una ocasión le dan por muerto. Sin embargo, Abraham, con su caridad y amor indestructible, vuelve para darles lo mejor que tiene, su Fe. Esta vez lo aceptan y se bautizan en torno a mil.

 

Retirado de nuevo a su soledad, muere el año 367.

 

San Abraham es uno de esos santos, siempre actual, con su caridad que evangeliza.

 

 

 

(Las fuentes principales, que no las únicas, de las que se han tomado los datos para redactar la Sección "Hoy no se olvide de felicitar a…", y a cuyos autores se muestra el agradecimiento y reconocimiento debidos, son las siguientes:

Direcciones de Internet: archimadrid. es; churchforum.org; aciprensa.com; encuentra.com; planalfa.es; ewtn.com; serviciocatolico.com; buscabiografias.com; y es. catholic.net.

Libros: Los clásicos de siglos pasados de Santiago de la Vorágine, Ribadeneira y Croisset; "Nuevo Misal Popular Iberoamericano"; Dos mil Años de Santos", Ed. Palabra; "El libro de los santos", Ediciones Internacionales Universitarias; "La casa de los santos", Ed. Rialp; "Los santos del calendario cristiano", Ed. San Pablo; "Il grande libro dei Santi", Edizioni San Paolo; "Gran Enciclopedia Rialp"; "Año Cristiano" Ed. B.A.C; y "Nuevo Año Cristiano", EDIBESA; estas cuatro últimas publicaciones facilitan las mejores referencias bibliográficas sobre San Abraham).

 

                                                                                                            Pilar Riestra