Ante un inminente apocalipsis un grupo de amigos, acompañados de sus hijos menores, se reúnen para celebrar la Navidad en una aislada mansión de campo en Reino Unido. Así, sin creerse todavía la catástrofe que se avecina, intentan tomarse con el ánimo alto la que puede ser su última noche.

La directora de esta película, Camille Griffin, la define como una comedia negra, lo cierto es que hay poco humor aunque si algo de frivolidad en la descripción y actitud de algunos personajes ante la catástrofe inminente. Pero el debate sobre su contenido ha surgido ante lo que se aprecia como una segunda lectura de la actual situación que vivimos. Tanto es así, que Camille ha tenido que  declarar que su film se rodó antes de empezar de empezar la pandemia y que, en ningún momento, pretende lanzar un mensaje antivacunas. ¿Por qué afirma esto? Porque la película indaga en el borreguismo del pueblo, que ante el miedo a la muerte cree a pies juntillas en lo que le dicen sus gobernantes y científicos, mientras analiza cómo los progenitores, como responsables de sus hijos, deciden sobre su futuro independientemente de que alguno quiera rebelarse. También es muy interesante la posición de una madre gestante que tiene dudas de seguir adelante con el plan ordenado por el Gobierno, debido a que es consciente de que lleva en su interior un ser humano…

Dentro de la tendencia actual del cine, de corte totalmente ateo, llama la atención que ninguno de los personajes se plantee demasiado qué hay después de esa muerte cercana más que probable.

Uno de los atractivos de la película reside en su reparto, repleto de actores conocidos como Keira Knightley, Matthew Goode, Lily-Rose Depp y el pequeño Roman Griffin (Jojo Rabit). A este último le corresponde el papel más “trabajado”, el de un niño que se plantea si los científicos se han equivocado y sus padres quieren imponerle algo que él no desea.

A este respecto Camille, ha confesado que realmente el “leitmotiv” real de su película era  “la autoridad que los privilegiados ejercen sobre los demás, debido a su situación financiera y educación privada, …quería crear una exploración metafórica de la moral y de los valores emocionales de la clase alta británica… quería que el público se adentrara en la película a través de los ojos de un niño”

Una pena que pase desapercibida entre los estrenos comerciales de la semana.

Para: los que les gusten las películas que pueden provocar debate.