Judith lleva una doble vida que discurre entre Suiza y Francia. Por un lado está criando con Abdel una pequeña hija, mientras con Melvil, un famoso director de orquesta, ha tenido dos hijos mayores. Pero tantas mentiras y secretos, tantos viajes, van desestabilizándola y rompiendo su equilibrio personal.

Sobre la bella actriz belga, nacionalizada francesa, Virginie Efira, reposa toda la película, concretando más, ella es el film, porque con su actuación perfecta hace creíble el estado anímico de una mujer, de personalidad misteriosa, que se ha metido en un problema personal de difícil solución. La carrera profesional de Virginia es muy interesante porque antes de dedicarse a la actuación fue una popular presentadora de televisión.

Desde el principio el director Antoine Barraud tuvo claro que un relato sobre un hombre que tiene una doble vida se había abordado en el cine, no así el de una mujer: “Me interesaba saber si realmente se podía mantener en secreto el embarazo. Si era plausible, y rápidamente se me ocurrió este desafío al escribir el guion que no surgiría si el protagonista fuera un hombre.” Porque el tema de la maternidad está muy presente en este film.

A Barraud no le ha interesado reflejar la moralidad del comportamiento de su personaje femenino, que no solo miente para cometer el adulterio sino que está siendo desleal a las dos familias que tiene, sino que le interesa describir como esa complicada vida que lleva le produce un desasosiego tremendo porque resulta dificilísimo compartimentar dos vidas en una. El desarrollo lo ha filmado de forma lineal, donde solo ha introducido un flash back para aclarar uno de los elementos más misteriosos de la trama sobre el que, dicho sea de paso, ha hecho alguna trampa argumental.

A pesar de encontrarnos ante una película gala en el reparto se encuentra el español Quim Gutiérrez y la veterana Jacqueline Bisset.

Para: Los que les gusten los thrillers europeos.