• C's admite que el acuerdo sobre limitación de mandatos a 8 años "no tendría efectos retroactivos".
  • El mensaje de Rajoy a sus sucesores, en clave interna, es claro: perded toda esperanza.
  • Ya no se plantea un relevo, ni le preocupa el caso Bárcenas, ni la reforma constitucional.
  • Y mientras tanto va mordiendo electorado al partido de Rivera de cara a una confrontación electoral.
Mariano Rajoy ha pasado en pocos meses de ser de un cadáver político andante, como condición para formar Gobierno, a lo contrario: a que todo vuelva a pasar por él en el horizonte inmediato. En ese horizonte, naturalmente, estaba, al menos en la cabeza del presidente, aspirar a un tercer mandato. Y ahora se amplía a todo el PP, que únicamente necesitaba la aclaración, que ya ha llegado este martes, de Ciudadanos. Es cierto que la limitación de mandatos a 8 años fue una de sus exigencias de la formación de Rivera para apoyar la investidura de Rajoy, pero la reforma legal que requiere ese cambio "no tendría efectos retroactivos", en palabras de José Manuel Villegas (en la imagen), vicesecretario general de C's. La formación de Rivera, por tanto, no sólo cede, sino que espera únicamente a la buena voluntad del presidente porque "no sería bueno para profundizar en la democracia". Eso es todo. "Nosotros -ha añadido Villegas- le diríamos que nos parece mal, que es mucho mejor un mandato de ocho años. Pero eso no está ligado al cumplimiento del "pacto" suscrito en agosto entre los dos partidos. Lo que no estaba claro de puertas afuera, sin embargo, lo estaba de puertas adentro, en el PP. Hasta ahora podía ser un mensaje más o menos velado. De hecho, en el Congreso del PP de febrero no se contemplaba ninguna ponencia que sobre la limitación de mandatos. Si Rajoy mantiene el liderazgo en el partido, será automáticamente candidato a La Moncla. O sea, emulará a Felipe González, pero no a José María Aznar, y otra cosa mariposa es en qué cajón queden las ansias de regeneración democrática. Preguntado al respecto, Rajoy se ha limitado a dar largas ("Dios dirá"), aunque Martínez Maíllo ya ha dicho que le ve gobernado 12 años. A partir de ahora el mensaje de Rajoy a sus posibles sucesores será más contundente si cabe: perded toda esperanza. Y ese mensaje vale para cualquiera de los que maniobran a tal empeño: Núñez Feijóo, Sáenz de Santamaría, Cristina Cifuentes o Dolores de Cospedal. Del mismo modo, a Rajoy tampoco le preocupa el caso Bárcenas ni la reforma constitucional, que tampoco figura en las ponencias del Congreso del PP. Otra cosa es cómo reaccionen el resto de los partidos, entre ellos Ciudadanos, que va perdiendo terreno, como mostraba ayer lunes la encuesta de Sigma Dos para El Mundo: el PP sube 1,8 puntos y Ciudadanos baja (del 13,1% al 12,6%). En otras palabras, Rajoy se agarra mientras va mordiendo electorado al partido de Rivera de cara a la confrontación electoral. Rafael Esparza