- El Consejo de líderes de las confesiones cristianas de Alepo, afirma: "Cuerpos destrozados entre los escombros, jirones de carne por las paredes y sangre mezclada con la tierra de nuestra patria".
- Y añade: "No tenemos miedo del martirio, pero nos negamos a morir y que nuestra sangre sea el precio de un fin sospechoso y mezquino".
La guerra en curso en
Siria "ha vuelto a golpear a los chicos de Don Bosco". Así lo escriben los Salesianos de Oriente Medio en el comunicado de prensa en el que refieren la noticia de la muerte de dos jóvenes hermanos,
Anwar Samaan y Misho Samaan, animadores salesianos, junto con su madre Minerva, por un misil que cayó en su casa el 10 de abril, informa
Fides.
"Anwar y Misho -se lee en el texto- han pasado su infancia y juventud en la casa de Don Bosco, y como animadores han dejado en el alma de muchos un signo de alegría y amor a la vida". Anwar tenía 21 años, mientras que Misho tenía 17: dos jóvenes en la flor de la vida.
Fuentes locales refieren que el lanzamiento de misiles cayó en gran parte entre el viernes 10 y el sábado 11 abril en los distritos de Alepo, donde es más consistente la presencia de los cristianos.
Los misiles en esos barrios, controlados por el gobierno, causaron al menos 20 muertes.
El 7 de abril, el operador de Cáritas Siria Safouh Al-Mosleh había sido asesinado por un misil que había caído en su casa, situada en el área de la plaza Farhat, donde se concentran las catedrales greco-católica, armenia y maronita
Por su parte, el
Consejo de líderes de las confesiones cristianas de Alepo (Siria) ha hecho público también un
comunicado en el que
denuncia los intensos bombardeos sobre la ciudad siria durante los días en que se celebraba la Pascua ortodoxa (12 de abril según el calendario juliano), recoge
Infocatólica.
En el Comunicado de prensa del Consejo de líderes de las confesiones cristianas de Alepo, afirman:
"Durante la semana de la Pasión redentora y de los días de Pascua, nuestra ciudad y el pueblo han sufrido un intenso dolor, una profunda angustia y desconsuelo, la noche en que han sido objetivo los barrios civiles de la ciudad de granadas de guerra y cohetes cuya capacidad destructiva no se había visto antes.
Hemos ido a ver y hemos llorado:
cuerpos destrozados entre los escombros, jirones de carne por las paredes y sangre mezclada con la tierra de nuestra patria. Decenas de mártires de todas las religiones y confesiones, heridos y mutilados, hombres y mujeres, ancianos y niños. Hemos escuchado el llanto de las viudas y los lamentos de los niños, y hemos visto el pánico en el rostro de la gente.
Desde lo más profundo del sufrimiento y de la gran angustia, hacemos un llamamiento, gritando, a las personas de conciencia recta, en el caso de que haya alguno dispuesto a escuchar: ¡basta ya de destrucción y desolación! ¡Basta ya de ser un laboratorio de ensayo de armas en una guerra devastadora! ¡Estamos cansados! Cerrad la puerta a la venta de armas y parad los instrumentos de muerte y el suministro de municiones. ¡Estamos cansados!
¿Qué queréis de nosotros? ¡Decidlo! ¡Porque estamos cansados!
¿Queréis que nos quedemos heridos y humillados, mutilados y privados de toda dignidad humana? ¿O que nos vayamos por la fuerza, y seamos destruidos manifiestamente?
Nosotros queremos vivir en paz, ciudadanos honestos junto al resto de hijos de este país.
No tenemos miedo del martirio, pero nos negamos a morir y que nuestra sangre sea el precio de un fin sospechoso y mezquino.
Rechazamos que Alepo se convierta en el «Alepo de los mártires», y queremos que siga siendo «Alepo ash Shahba» (la Alepo gris, por el color de sus edificios), testigo de la ternura, del amor y de la paz, del perdón y del diálogo. La ciudad de Alepo, la joya preciosa en la corona de nuestra país, Siria, con todos sus componentes y su diversidad de civilizaciones, cultural, religiosa y confesional.
Que la misericordia sea con nuestros mártires, la sanación a nuestros enfermos, la tranquilidad en el ánimo de nuestros hijos y la seguridad y la paz a todos nuestros ciudadanos".
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com