- El resultado neto cae un 14,5% por la salida de CNB, la depreciación de bonos Sareb y la caída del euribor.
- El margen de intereses es 444 millones inferior al de 2015, suerte que se mantiene la contención de gastos.
- Morosidad. El ratio alcanza el 9,5%, pero se detecta repunte de refinanciaciones de deuda (que maquillan la cifra).
- Frentes abiertos: privatización total comprometida, fusión o no con BMN y acabar con la exposición diaria a noticias judiciales que tanto dañan su reputación.
- Y por si todo esto fuera poco, al mercado no le gustan las cuentas: las acciones caen un 1,12%, con un Ibex en positivo (0,37%).
De todas las entidades que van a desfilar estos días por la "pasarela CNMV" presentando sus
números cerrados a septiembre,
Bankia me sigue pareciendo la más complicada de todas, la considero como
aquel pobre enfermo que tiene bajas sus defensas y va cogiendo todos los virus de las epidemias de su entorno. En este caso las epidemias son: las presiones de la Comisión Europea y el BCE, la situación política por un gobierno en funciones, los juicios por las tropelías de la anterior etapa -que día sí, día no machacan su
reputación-, las limitaciones impuestas a su negocio y sobre todo, la presión por rentabilizar los despojos de una nefasta gestión y
devolver los fondos del erario público que se les prestó para intentar
reflotar la entidad de la ruina.
La actual dirección de
Goirigolzarri parece que está poniendo todo su empeño. Pero por desgracia eso en el
negocio bancario no basta para sacar adelante una entidad en la situación de Bankia, pues depende de muchos factores y los económicos, según estamos viendo a lo largo de este año, no son los mejores para el negocio bancario. Y por si esto fuera poco,
ya se apunta a una segunda oleada de reducción de plantillas y oficinas bancarias en España, que
el Ceo de Bankia, José Sevilla, no niega.
Así, como ya hemos ido viendo a lo largo del ejercicio,
los resultados están siendo inferiores a los conseguidos en el pasado 2015. El resultado neto a septiembre ha sido de 731 millones, frente a los 855 millones del año pasado, en términos porcentuales
se ha dejado un 14,5%. Las causas de esta bajada en el comparativo han sido varias: la primera la salida del perímetro de consolidación del
City National Bank (
CNB) de Florida, ese "gran negocio" del que ahora nadie quiere hacerse responsable de su adquisición, la
depreciación de los bonos de la Sareb, y el mal general de las entidades en los últimos tiempos, la
caída del euribor. Yo por mi parte añadiría la
caída de las comisiones cobradas, que en los nueve meses del 2016 se han dejado 98 millones, un 13,8% respecto al 2015, cosas de las políticas comerciales que obligan a renunciar a ingresos que son buenos para la cuenta de resultados para conservar pasivos que de otra forma se irían a la competencia, pero
Bankia ¿se lo puede permitir?
Por estos motivos, el
margen de intereses se ha quedado un 21,3% por debajo del conseguido en 2015, en 444 millones menos. Suerte que
se mantiene la contención de gastos, que han bajado el 8,1% y las provisiones, que también han bajado 217 millones, un 46% en términos porcentuales.
En el aspecto de la
morosidad se ha alcanzado el 9,5% de ratio y una cobertura del 60,5%, mientras que al cierre de 2015 este se encontraba en un 10,8%. Aquí se empieza a detectar un repunte de una práctica de la que hace tiempo que no se hablaba, es la de las famosas
refinanciaciones de deuda, no acuso directamente a
Bankia de esta práctica, pero
es una de las entidades que suena que está utilizando dicho recurso (que maquilla los ratios de morosidad), lo cual en su caso es ya de por sí tremendo
teniendo en cuenta las ayudas recibidas. Por cierto, que en esa bajada del ratio de morosidad ha intervenido la venta en julio de 385,9 millones de una cartera de
créditos dudosos y fallidos, no solo la recuperación de deudas.
Difícil es la situación de Bankia. Los frentes se le abren solitos como las ventanas de Windows. Uno parece que en unos días se puede solucionar con la toma de posesión de un nuevo gobierno, que podrá desbloquear los temas que la entidad tiene pendientes. Primero dar cumplida respuesta a la inquietud de la
Comunidad Europea y el BCE en torno a la
privatización total que la entidad tiene comprometida con un plazo de finales del 2017 a cambio de las ayudas recibidas.
Después, acabar de sustanciar sí o no la tan llevada y traída posible fusión o absorción de Banco Mare Nostrum (
BMN). Una entidad que se encuentra en su misma situación respecto a las ayudas recibidas y compromisos de privatización, pero evidentemente en una situación económica bastante peor.
Y por último y no menos importante, acabar con la exposición diaria a las
noticias judiciales que tanto daño están haciendo a su imagen reputacional.
Y por si todo esto fuera poco, al mercado no le han gustado las cuentas presentadas por Bankia. Las acciones han caído un 1,12%, con un Ibex en positivo (0,37%).
Rodrigo de Silos
rodrigode@hispanidad.com