- La CE planea destinar 8.000 millones de euros hasta 2020 para la firma de estos acuerdos migratorios.
- Entre los incentivos negativos figura limitar ayudas, ventajas comerciales u otros beneficios a quienes no contengan los flujos.
- Se inspira en el modelo que utilizó España en 2006 al suscribir acuerdos con Senegal, Mauritania y Nigeria, entre otros, para que contribuyeran a contener a los migrantes a cambio de recibir distintas ayudas.
- El Ejecutivo comunitario espera extender este marco al máximo número posible de Estados.
- Pero el principal problema es Libia, Estado fallido del que parten ahora la inmensa mayoría de las barcazas con destino a la UE.
En la
UE, hasta ahora los Estados se han centrado en la urgencia del pacto con
Turquía para frenar a los extranjeros que llegaban por el Egeo y apenas han aportado 80 millones del euro al fondo África creado en noviembre pasado, que debían nutrir con 1.800 millones.
Pero las muertes de migrantes a las puertas de Europa no cesan. Y los acuerdos suscritos con terceros países para frenar las salidas no dan los frutos esperados. Para tratar de revertir la situación, la
Comisión Europea propone "
premiar a aquellos países que cumplan con su obligación internacional de readmitir a sus propios ciudadanos", pero también "debe haber
consecuencias para aquellos que rehúsen cooperar en readmisión y retorno".
Entre los "incentivos negativos" hacia esos países figuran, por ejemplo, limitar ayudas, ventajas comerciales u otros beneficios a quienes no contengan los flujos, según la propuesta q
ue presentará hoy el Ejecutivo comunitario y que incluye inversiones de hasta 62.000 millones de euros para países en dificultades, informa
El País.
Algunos países, entre ellos
Alemania, llevaban tiempo tratando de vincular las políticas de cooperación con las de migración, pero había prevalecido la idea de ceñirse a incentivos positivos para lograr la colaboración de países terceros. Ese fue el esquema que utilizó
España en 2006 al suscribir acuerdos con
Senegal, Mauritania y Nigeria, entre otros, para que contribuyeran a contener a los migrantes a cambio de recibir distintas ayudas.
El Ejecutivo comunitario espera extender este marco al máximo número posible de Estados, con la prioridad puesta en
Jordania, Líbano y Túnez. En el caso de los dos primeros, se trata de países que acogen principalmente a refugiados sirios. Les siguen
Níger, Nigeria (en cuyo norte opera la secta islamista radical
Boko Haram),
Senegal, Malí y Etiopía, entre los más destacados. Pero el principal problema es
Libia, Estado fallido del que parten ahora la inmensa mayoría de las barcazas con destino a la UE.
Pese a todo, tanto la Comisión como los Estados saben que la única manera de lograr a largo plazo que se suavicen las llegadas hacia Europa es aumentar la financiación a países en dificultades. De hecho, la propuesta prevé destinar 8.000 millones de euros hasta 2020 para la firma de estos acuerdos migratorios.
Para lograrlo,
Bruselas esboza una fórmula que consiste en replicar en el sur el llamado plan Juncker de inversiones para revitalizar Europa: los poderes públicos aportan una cantidad de dinero limitada que sirva como palanca para atraer inversión privada. La Comisión propone destinar 3.100 millones de fondos comunitarios y espera que los países miembros provean una cantidad similar para llegar a movilizar 62.000 millones de inversión hacia esos países hasta 2020.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com