- A través de Ciudadanos y de Albert Rivera.
- La clase política española se convierte en una banda de trileros.
- Sánchez, Iglesias, Rivera, Oltra: todos mienten.
- El martes 26 pasará a la historia como el día del ridículo de los partidos.
- Y eso, tenga o no tenga éxito el acuerdo de última hora -muy poco probable después de escuchar a Sánchez- para formar un Frente Popular.
- Porque su ambición va más allá que su vergüenza.
- Rajoy a lo suyo: de Don Tancredo.
Josep Piqué, ministro de Industria, Exteriores y portavoz con
Aznar, el hombre al que Rajoy no le perdona que le dejara tirado en Cataluña, el actual consejero delegado de OHL (no por mucho tiempo), se propuso a
Albert Rivera como candidato independiente a la Presidencia del Gobierno. Y fue cuando Rivera empezó a hablar de romper el bloqueo con un independiente... o con varios.
Y sí que es independiente el consejero delegado de
OHL. Empezó de comunista e independentista (el ministro que Pujol nombró en el Gobierno Aznar) y
acabó como ministro de Industria, Exteriores y Portavoz del PP. Luego se afilió al partido y acabó dirigiéndolo en Cataluña, antes de dejar colgado a Rajoy, a quien comunicó su decisión de abandonar un PP poco exitoso, antes de entrar en una rueda de prensa.
Pero
Villar Mir le va a expulsar de
OHL, así que
Piqué necesita un buen acomodo y ha pensado que el mejor de todos era
Moncloa, que a fin de cuentas ya lo conoce.
Conozco este hecho el mismo día en que la
clase política española ha hecho el ridículo más relevante de lo que llevamos de siglo. El Congreso se ha convertido, en plena sesión de consultas del Rey, en una banda de trileros. La cosa empieza con
Compromís, que propone al PSOE un acuerdo dejando a un lado a los independentistas y exigiendo que Ciudadanos se abstenga ante un Gobierno de coalición entre PSOE y el área Podemos.
El primero en cabrearse es
Xavier Domenech (En Comú Podem), porque le han quitado el pequeño detalle del referéndum.
Luego sale
Antonio Hernando, número dos del PSOE, el más mentiroso de todos los mentirosos, y asegura que están de acuerdo con todas las medidas (sí a 27, matices en las tres restantes) propuestas por Compromís, y que apoya
Pablo Iglesias (que también ha engañado a sus socios catalanes, a pesar de lo cariñoso que fue con Domenech, que hasta llegó a sobarle el trasero en el hemiciclo, con beso a tornillo incluido).
Finalmente,
Mónica Oltra, la jefa de Compromís, le dice al PSOE que de qué va: habían dicho gobierno de coalición, no gobierno monocolor del PSOE con algún que otro independiente.
Naturalmente, Rivera dice que verdes las han segado y que el malo es Rajoy, que no puede aceptar ese Gobierno.
En suma, aunque
la idea de un Frente Popular aún está vigente hasta mañana, y podría salir, dada la ambición desmedida de esta troupe de trileros -aunque es muy poco probable que salga adelante, después de escuchar a Sánchez, que habla directamente de nuevas elecciones-, lo cierto es que
la clase política española, precisamente la de la renovación, ha hecho hoy, martes 26, el ridículo más espantoso.
Por cierto, en el entretanto,
Mariano Rajoy seguía haciendo de Don Tancredo.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com