- Los políticos apelan a la libertad, la igualdad y la fraternidad.
- Los servicios de inteligencia europeos reclaman a sus gobiernos que acepten el origen ideológico y religioso del nuevo terrorismo.
- Pero la clase política europea tiene miedo y no les hace mucho caso.
- Rajoy habla de democracia y Pedro Sánchez canta el sahumerio de la revolución francesa.
- O Pablo Iglesias, para quien hay que responder con los valores europeos… mientras advierte que la culpa la tiene Occidente, por Irak y Siria.
- Frente a ellos, los servicios de inteligencia aconsejan que Occidente se rearme ideológicamente y legitime sus orígenes (es decir, sus orígenes cristianos).
- Insisto, no lo dice la Iglesia, lo dicen los espías.
- Mientras, los expertos policiales, según Fernández, aseguran que no hay que alarmarse más. ¿Y podían los expertos sospechar una masacre de niños con un camión?
El
salvaje atentado de Niza ha puesto nerviosos, no al Gobierno francés sino al conjunto de los gobiernos europeos. En primer lugar porque era imprevisible. ¿Quién podía prever que un miserable alquilara un camión de gran tonelaje y se dedicara a aplastar niños que disfrutaban de juegos artificiales en un paseo marítimo? Aún así, el ministro del Interior,
Jorge Fernández, asegura que los expertos creen que no existe más riesgo hoy que ayer. Eso es verdad pero a lo peor resulta un triste complejo.
Lo que sí es cierto es que los
servicios de inteligencia europeos, que están manteniendo reuniones sobre el
terrorismo islámico, cada vez más frecuentes y, según la información a la que ha tenido acceso Hispanidad, han llegado a una conclusión que tiene aires de perogrullada:
estamos ante una guerra de religión y como tal hay que combatirla. Y ya se sabe que una idea, antes que con armas, se combate con otra idea. Los
espías dicen que Europa debe legitimarse. En otras palabras, que
los orígenes de Europa son cristianos y debe sentirse orgullosos de ello. No por razones morales, que importan poco a los servicios de inteligencia, sino por
razones prácticas: o se siente orgullosa de su origen cristiano o no tendrá fuerza moral para enfrentarse al islam. Y eso está muy cerca de pedir que se detenga la quinta columna musulmana en Europa o que, sencillamente se obligue a los inmigrantes a respetar al continente que les acoge. Y si no, puerta o máxima vigilancia.
Pero los políticos no les van a hacer mucho caso. Tienen miedo porque la sociedad tiene miedo y en lugar de dar un paso hacia delante prefieren darlo hacia atrás. Y ahí,
Mariano Rajoy habla de democracia;
Pablo Iglesias, de valores europeos y, encima, con pleno síndrome de Estocolmo: vamos que las políticas occidentales sobre
Irak y
Siria son culpables del terrorismo en Occidente. O, al menos según Pablemos, tienen algo que ver.
Y
Pedro Sánchez nos habla de algo nuevo: libertad, igualdad y fraternidad, un trío de ases para negociar con un musulmán fanatizado.
Los espías son pesimistas. Insisto, no es la Iglesia quien recuerda los
principios cristianos de Europa para luchar contra el fundamentalismo islámico: son los servicios de inteligencia. Gente práctica.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com