• El presidente en funciones, un emparedado entre la presión de Bruselas y de las comunidades autónomas.
  • La Comisión Europea no cree que cumpla con el déficit y exige ajustes (más recortes o más impuestos).
  • Mientras, las autonomías, sobre todo, las del PSOE quieren 'mano blanda'. Es el precio de la abstención.
  • A pesar de que se han ahorrado 48.000 millones en el último lustro por mecanismos de financiación extraordinarios.
  • Todo esto sin olvidar el problema de las pensiones: si no hay hijos, no habrá forma de pagarlas.
  • Y la delicada situación de la Seguridad Social: este año podría registrar el mayor déficit de su historia (18.000 millones).
El líder del PP, Mariano Rajoy (en la imagen), afronta semanas decisivas y parece que por fin puede acabar el bloqueo político y lograr ser investido presidente. Aunque no hay que olvidar, como dice el refrán, que hasta el rabo todo es toro. Si al final se sale con la suya no hay duda de que estará contra las cuerdas, pues se ha quedado sin margen en política económica. Esto se traduce muy bien con una imagen: la del actual presidente en funciones como un emparedado. Ya saben, una porción pequeña de jamón entre dos rebanadas de pan de molde, éstas representan a Bruselas y las comunidades autónomas (CCAA) que presionan y de lo lindo. Por un lado, la Comisión Europea no cree que España vaya a cumplir con el déficit comprometido para 2017 (3,1% del PIB). Y tiene pruebas de ello: en los presupuestos presentados el pasado viernes y remitidos un día después, el Gobierno en funciones preveía un déficit del 3,6%. Por lo tanto, Bruselas exigirá más ajustes, los cuales deben ser de 5.000 millones de euros, como mínimo. Y cómo no, éstos se traducirán en más recortes o en más impuestos, o incluso en ambas opciones. También desde la Comisión Europea, su vicepresidente, el letón Valdis Dombrovskis, apremia a España para que baje su elevada deuda pública, pues los tipos de interés no estarán eternamente bajos. Y esta es una cuestión preocupante porque según los últimos datos, está en el 100,5% del PIB, por lo que España está totalmente endeudada y encima es demasiado dependiente del exterior. Por otro lado, está la presión de las autonomías, sobre todo, las del PSOE, que quieren 'mano blanda' y que el Estado central no les cierre más el grifo. Es el precio de la abstención. Y esto no es baladí: el PSOE gobierna en siete comunidades (Andalucía, Asturias, Baleares, Castilla La Mancha, Comunidad Valenciana, Extremadura y Aragón) en hizo pactos en otras dos (Cantabria y Canarias) para dar el mando al Partido Regionalista de Cantabria (PRC) y a Coalición Canaria (CC) respectivamente. Claro que en los últimos cinco años, las autonomías se han ahorrado cerca de 48.000 millones. Todo ello gracias a la 'generosidad' de Hacienda, que les ha facilitado casi 160.000 millones a través de mecanismos de financiación extraordinarios, como el FLA, la Facilidad Financiera o el Fondo de Ordenación. Y por si con todo este panorama Rajoy no tuviera suficiente, no puede olvidar el grave problema de las pensiones: si no hay hijos, no habrá forma de pagarlas. Debe promover la natalidad para que salgan las cuentas y retrasar la edad de jubilación. Además, es necesario renovar el Pacto de Toledo, que inicia reuniones informativas a puerta cerrada y sin presencia del Gobierno en funciones. Además, al hilo del tema de las pensiones cabe mencionar la delicada situación de la Seguridad Social. El Gobierno ha admitido ante Bruselas que sólo hay Fondo de Reserva de la Seguridad Social (más conocido como 'hucha' de las pensiones y del que suele echar mano para pagar las 'extras') para un año, según El Mundo, aunque lo más grave es que la Seguridad Social podría registrar en 2016 el mayor déficit de su historia (unos 18.000 millones, 5.000 más que el año pasado). ¡Prepárese, señor Rajoy! Cristina Martín cristina@hispanidad.com