Ni a María Jesús Montero ni a su jefe, Pedro Sánchez, se les pasa por la cabeza reducir el gasto público
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha dicho hoy a la prensa que “tenemos especial interés en el Impuesto de Sociedades. Hay un debate a nivel internacional que a mí me parece de un extraordinario interés, ya que la propia Administración Biden está pronunciándose en torno a la necesidad de obtener mayor eficacia en esta figura fiscal, que tiene un bajísimo rendimiento a nivel internacional, y por tanto cada vez más son los países, antes estaba la OCDE liderando este procedimiento, ahora también se ha unido la Administración norteamericana, que era una de las grandes resistentes a poner en marcha el proceso de este tipo. Así que seguro que el Impuesto de Sociedades va a ser uno de los más importantes de la reforma fiscal. Y por otra parte, hay otras figuras, como son las vinculadas a la riqueza -desde el impuesto vinculado al Patrimonio, Sucesiones y Donaciones- que también el Ministerio tiene especial interés en escuchar cuál es la fórmula que consideran más adecuada las personas que están trabajando en el ámbito académico o en el ámbito profesional, como son lo que componen este grupo de expertos”.
Montero ha proseguido: “Ojalá (el Impuesto de) Sociedades a nivel internacional fuera a la velocidad y al ritmo que permitiera que pudiéramos ir todos a una en el contexto global. Me temo que estas cuestiones a nivel internacional son más lentas porque habitualmente requieren de una unanimidad, de un consenso tan amplio que siempre hay algún país que se resiste a ponerla en marcha. Nosotros haremos como hemos hecho con el impuesto digital: posibilitar que a nivel internacional se den avances, pero si estos no se producen, o son excesivamente lentos, adoptaremos la medida a la legislación nacional”.
Y todo esto significa que el resto de subida de impuestos prevista queda aparcada. Una actitud muy distinta de la firmada con Podemos para formar el Gobierno de coalición. Además, existe el peligro de que lo que se plantea como una mayor vigilancia en el gravamen sobre el beneficio termine ensañándose con las empresas pequeñas, que son las que no pueden defenderse de Hacienda.
En definitiva, lo que ya ha lanzado Hacienda es una batida contra las pequeñas empresas, que son las más vulnerables, las que peor lo han pasado con la crisis y las que no saben hacer ingeniería financiera porque no pueden pagarla. Pero con un micrófono delante, 'Marisú' vende que atacará a los grandes multinacionales: ¿A qué no?