- Formaban una célula yihadista en toda regla, compuesta por una decena de jóvenes.
- Todos residen en Cataluña y llevaban meses planificando los atentados.
- El objetivo era Barcelona con las tres fugonetas, cargadas de explosivos, para provocar una matanza de gran alcance.
- Todo se les fue de las manos el miércoles por una explosión fortuita mientras manejaban el material.
Todos los detalles que completan la información sobre el
atentado yihadista en Barcelona o el
ataque en Cambrils, después, provocan escalofríos, pero más si cabe si añadimos a lo que se sabe, lo que pretendían realmente los terroristas: una
catástrofe. Las piezas del puzzle empiezan a cuadrar pero lo más importante es eso: los atentados planeaban algo, aunque se quedaron a mitad de camino, por supuesto, de
mayor alcance de lo que hemos sufrido.
Todo se frustró, sin embargo, en la vivienda de
Alcanar (Tarragona), donde los terroristas acumulaban
bombonas de butano y explosivos de fabricación casera, algo que se le fue de las manos: hubo una explosión y todo se precipitó. A partir de ahí, deciden el atropello masivo y con saña en Las Ramblas. Quedaban detrás dos muertos por la explosión fortuita y un herido grave, detenido y que puede ser clave en la investigación.
Lo ha confirmado
Josep Lluís Trapero, mayor de los
Mossos d'Esquadra, con algunos flecos a lo que ya se sabía. En Alcanar "estaban preparando uno o varios atentados en Barcelona", pero la explosión en la vivienda, que evitó otros "atentados de mayor alcance", les obligó a
improvisar otro plan "a la desesperada".
De hecho, no son dos las furgonetas alquiladas sino tres, con el fin de utilizarlas como
furgonestas-bomba posiblemente.
Lo que se gestaba en ese chalet deja al descubierto lo demás. Se trata de una
célula yihadista en toda regla, compuesta por una decena de jóvenes entre 18 y 34 años -muy radicalizados y residentes en Cataluña-, que llevaban meses planificando los atentados. Estaban vinculados con
Ripoll (Gerona), localidad donde se detuvo de madrugada a tres personas en operaciones policiales.
El ataque en Las Ramblas formó parte de una actuación a la desesperada, también, el atropello en Cambrils, en la madrugada, para arrollar a los paseantes en una zona de ocio. En ese escenario hubo seis heridos, entre ellos la señora apuñalad por uno de los terroristas que viajaban en un vehículo negro, que interceptado por un control policial que se saltaron.
Ese atentado se neutralizó, por tanto, gracias a la activación simultánea de las
operaciones Jaula y Cronos, con el fin de evitar la fuga de los terroristas en Barcelona, en primer término, al tiempo que se reforzaba la seguridad en Cataluña, lo que contuvo el segundo ataque en la localidad turística.
Los cinco terroristas fueron abatidos tras escapar del
control policial, que se saltaron, atropellando a una agente. Otro agente, al que le han trasladado todo el apoyo del cuerpo, pudo disparar a los cinco terroristas. Cuatro murieron rápido y el último unas horas después. Uno de ellos,
Moussa Oukabir (17 años), supuesto conductor de la furgoneta de Barcelona.
Rafael Esparza