• Son muchas las que tienen contratos en la zona, pero 'no es oro todo lo que reluce': hay problemas para cobrar, retrasos,…
  • Estos han quedado más que patentes en el 'megaproyecto' del AVE La Meca-Medina, donde está en juego el prestigio de la ingeniería española.
  • Tampoco se puede olvidar que la construcción internacional deja márgenes pequeños.
  • Además, las monarquías del Golfo se aprietan el cinturón por la depreciación del crudo.
Al contrario de lo que pudiera parecer en un principio los países del Golfo Pérsico no son el Dorado para las constructoras españolas. Y es que a cambio de los petrodólares por diversos proyectos de infraestructuras exigen mucho. Como saben, son muchas las compañías de nuestro país del sector de la construcción y de otros, las que tienen contratos en la zona. Pero no es oro todo lo que reluce porque en muchos casos hay problemas para cobrar, retrasos, sobrecostes, dificultades técnicas, altas exigencias… Éstos han quedado más que patentes en el 'megaproyecto' del AVE La Meca-Medina, donde está en juego el prestigio de la ingeniería española. Ahora hay algo de calma en el tema, pero nadie pone la mano en el fuego afirmando que no habrá ninguna 'otra tormenta de arena'. Y es que no tener a Juan Carlos I, gran amigo del monarca saudí y de otras petromonarquías, como rey, y estar con un Gobierno en funciones tampoco ha sido de ayuda. En este 'megaproyecto' tienen puestas muchas esperanzas diversas empresas de construcción, ferroviarias y de ingeniería españolas, como: OHL, Talgo, Renfe, Adif, Indra, Ineco, Cobra (ACS), entre otras. Además, FCC se encarga del metro de la capital saudí, Riad. Ya fuera de Arabia Saudí, encontramos, por ejemplo, a ACS, que se acaba de adjudicar una planta de residuos por 235 millones de euros en Abu Dhabi, miembro de Emiratos Árabes Unidos (EAU). Claro que ¡Oh capitán, mi capitán!, es decir, Florentino Pérez, también tiene negocios con los países del Golfo por su otro gran negocio (el Real Madrid): de hecho, la aerolínea Fly Emirates es patrocinador del club blanco. Conviene destacar que Pérez no ha dudado en cambiar ciertos aspectos del escudo del equipo, quitando la cruz, en pro de sus relaciones comerciales con los países árabes. Otro ejemplo lo encontramos en Sacyr, que encabeza el consorcio adjudicatario de la urbanización QEZ-1 en Ras Bufontas (Qatar). Claro que Qatar no es tan moderado como su vecino Abu Dhabi: EEUU considera a la cadena qatarí Al Jazeera y al emir qatarí, Tamim bin Hamad Al Thani muy peligrosos, además sospecha que también está financiando al terrorismo yihadista, es decir, al Estado Islámico (EI), con quien comparte credo, pues ambos son sunitas. Tampoco se puede olvidar que la construcción internacional deja márgenes pequeños. Además, las monarquías del Golfo se están apretando el cinturón por la depreciación del crudo. De hecho, el pasado abril, los miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) -Arabia Saudí, EAU, Qatar, Kuwait, Bahrein y Omán- acordaron introducir un IVA del 5% para paliar los efectos de la caída del precio del petróleo. Cristina Martín cristina@hispanidad.com