Políticos ególatras hacia una España en ruinas
Cuatro comicios en dos días de elecciones y, miren por donde, prácticamente ningún político español habla de pensiones desde hace meses.
Sin embargo, puntual a la cita, la nómina de las pensiones en junio ha marcado un nuevo récord –como todos los meses- al superar los 9.600 millones de euros, un 7% más que un año antes. Les aseguro que ni el PIB ni los salarios crecen al 7%.
Hungría marca el camino: para formar familias y tener más hijos se precisan impuestos bajos y pisos baratos
Encima, con exquisita simplicidad, el Gobierno Sánchez –con la insensata ministra Magdalena Valerio al frente- nos comunica que el PSOE no ha echado mano de la hucha de las pensiones, sino de los otros impuestos, para pagar esa nómina. ¿Y que más me da? El dinero sale del mismo sitio que el resto de los impuestos, del bolsillo del conjunto de los ciudadanos.
El cambio climático no es urgente: tener hijos sí lo es
Y, sin embargo, dos meses después de las generales, con una larga campaña previa, resulta que ningún político español habla de pensiones, para no molestar al electorado… ni antes de votar ni, al parecer, después. Están muy ocupados con los pactos políticos, que no es otra cosa que el reparto de cargos y/o poder, con escaso éxito, por cierto, y en determinar quién es fascista y quién no lo es, ergo quien puede participar del oropel institucional y quien debe ser marginado. Al parecer, se trata de un juego muy divertido.
Además, sobre su fracaso les ha nacido una egolatría como este periodista, con décadas de procesión encima, no había vivido nunca. Y el Rey de los ególatras es el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Nuestra clase política continúa vendiendo dinero público y Estado del Bienestar: justo lo que nos ha llevado a la ruina
En el entretanto, la Seguridad Social está quebrada y nadie se atreve a decirle a la gente lo que la gente no quiere oír. El pueblo español anda engolosinado con sus derechos, interminables, por cierto, pero nadie se preocupa de sus deberes.
Lo que no quieren oír es que urge retrasar la edad de jubilación, de inmediato, no menos de hasta los 70 años de edad. Y al tiempo, que hay que incentivar la natalidad. Hungría marca el camino: hay que promover, con urgencia, la familia y la paternidad. Esto sí es urgente y no el cambio climático.
España agoniza mientras nuestros políticos se arañan por los despojos
Para fomentar la familia y la paternidad se necesitan dos cosas (además de cambiar nuestra jerarquía de valores): reducir impuestos a los padres y financiar casas baratas donde instalar el hogar. El pérfido y cuasi fascista Viktor Orban marca el camino.
Y sino, pues seguiremos en la agonía de la vieja Europa y la viejísima España, que se muere por consunción, mientras nuestra vergonzosa clase política –la de izquierdas y la de derechas- se araña por los despojos.
Mientras, nuestros políticos continúan vendiendo dinero público y Estado del Bienestar: justo lo que nos ha llevado a la ruina.