- El jefe de la Casa del Rey, Jaime Alfonsín dirige la operación de acoso y derribo.
- La tesis de Alfonsín, que aplaude Doña Letizia, es que Felipe VI sólo se legitimará como Rey cuando su hermana entre en prisión.
- Razón de Estado: abandonada por su hermano, Felipe VI y perseguida por su cuñada, la Reina Letizia, la infanta permanece leal a su esposo.
- Con su padre apenas habla, aunque, por exigencia de la Reina Sofía, Juan Carlos I paga el colegio de sus hijos.
- Los Urdangarín-Borbón viven del sueldo de Caixabank.
- Los únicos que le apoyan son la precitada Reina Sofía y su hermana, la infanta Elena.
- Miguel Roca aún se pregunta por qué no se le aplicó la doctrina Botín.
- ¿De verdad cree Felipe VI que ensañarse con su hermana va a mejorar su imagen?
Un drama familiar marcado por la razón de Estado. Miguel Roca, abogado de la infanta Cristina, no acaba de comprender por qué razón a la Infanta Cristina, su clienta, no se le ha aplicado la doctrina Botín. Y gente muy próximo al poderoso bufete catalán, sospechan que la Casa Real haya influido sobre el Poder Judicial para que no se aplicara la doctrina Botín (fue la acusación particular del mundo penal si no le apoya el fiscal) y la infanta no hubiera sido juzgada.
¿Es posible que la Casa Real, es decir, el Rey Felipe VI, ataque a su propia hermana de esta manera?
Al parecer sí. Es más Jaime Alfonsín, jefe de la Casa Real, con un poder que nadie tuvo en Zarzuela con el Rey emérito, dirige la campaña de acoso y derribo contra la Infanta. Para Alfonsín, Felipe VI sólo se legitimará como Rey de todos los españoles, tras los patinazos de su padre durante su última etapa, cuando haya permitido que
su propia hermana vaya a la cárcel o la menos se convierta en un delincuente con antecedentes penales. Razón de Estado, que le dicen.
La infanta Cristina no se habla con su hermana, mucho menos con su cuñada doña Letizia. Era Cristina quien plantaba cara a Letizia en Palacio y ésta es de la que perdonan pero no olvidan. Doña Letizia está feliz del calvario que atraviesa su cuñada.
Pero también
sorprende la actitud de Juan Carlos I. Además, no viene mal que el caso Nóos haga olvidar sus viajes a Zimbabue y otras zarandajas.
En paralelo, el matrimonio Iñaki Urdangarín-Cristina de Borbón están arruinados. Viviendo del salario de ella en Caixabank y el patrimonio se ha ido en abogados y fianzas, Puede que recuperen algo pero será un volver a empezar.
A Cristina sólo le apoya su hermana, la Infanta Elena y su madre la Reina Sofía. Es más, es cierto que el colegio de los hijos de Urdangarín y Cristina los paga Juan Carlos I, que tiene presupuestos propio, pero ha sido así, sólo tras un ultimátum de la Reina Sofía.
De hecho, el rey Emérito ha secundado a Alfonsín para arrebatarle el ducado y renunciara a la sucesión al Trono.
Una marginación en toda regla.
Y todo… por razón de Estado. ¿Para qué? Si la infanta Cristina entra en prisión, incluso si es condenada, ¿realmente va a mejorar la imagen de la monarquía? Se va a ver a Felipe VI como la autoridad a la que no le tiembla el pulso para hacer que todos, incluida su hermana, sean iguales ante la ley? O cuando se reduzca el nivel de odio en España, bastante elevado en el momento presente, la envidia al de arriba por el hecho de estar arriba, ¿no se verá a Felipe VI como el hombre cruel que se ensañó con su propia hermana? ¿Eso es popular, Alfonsín?
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com