• En el rompecabezas sirio nadie entiende lo que está pasando.
  • Pero una cosa es la guerra-guerra y otra la de los hidrocarburos, en la que Irán y Rusia tienen un enemigo común: Arabia Saudí (aliado de EEUU) por el bombeo de crudo.
  • Turquía desoye las amenazas de Al Assad y añade otros diez tanques a su incursión en Siria.
  • Ojo, porque su objetivo son los kurdos, los que más están haciendo contra el Estado Islámico por las torpezas de Obama.
  • Y si la tensión crece, obligaría a actuar a la OTAN, alianza en la que participa Turquía.
  • Mientras tanto, los verdugos siempre son los verdugos, y los cristianos siempre son víctimas: les masacra el Estado Islámico y también las guerrillas rebeldes los masacran.
La guerra de Siria se calienta tras la incursión por tierra de Turquía. Erdogan ha ordenado este jueves que otros diez tanques crucen la frontera. En total, ya van 20. Su misión allí, dicen, es limpiar la zona de yihadistas, pero es un secreto a voces que lo que preocupa de verdad a Turquía es el fortalecimiento de los kurdos en el noreste de Siria (región fronteriza con Turquía), y por eso, en apoyo a los rebeldes sirios, los masacra. Pero una cosa es el frente bélico, que es un rompecabezas por el baile de países, terroristas y rebeldes implicados, y otra cosa es la guerra económica que subyace por el gas y el petróleo, y que une más a Rusia e Irán. Tengan en cuenta que son hidrocarburos distintos, pero el gas cotiza, sube y baja en la misma proporción que el petróleo. Y añadan a esa consideración, un dato: más del 20% del gas que se produce en el mundo está en Rusia, porcentaje que se eleva 40% si sumamos otros países de la zona como Irán, tan castigado como Rusia por Arabia Saudí, aliado de EEUU y también de la coalición internacional contra el EI. Es una de las razones por las que Irán y Rusia se la tienen jurada a los saudíes, como les explicamos este mismo mes al informales de la guerra del petróleo. Porque lo cierto es que la reincorporación de Irán al mercado del petróleo alteró los planes de Arabia, primer productor de petróleo y archienemigo político de la potencia chií. Ante un crudo tan barato, no tiene ninguna lógica económica que la petromonarquía sunita siga aumentando la producción. Pero busca evitar a toda costa que Irán no recupere su cuota de mercado perdida durante la etapa de las sanciones. En un entorno de precios bajos, Irán lo tiene difícil, porque su coste de explotación es sustancialmente más caro que en Arabia (hasta dos veces más). Y esto repercute a Rusia, por la misma razón. Al margen de consideraciones económicas, el operativo militar turco en la zona ya se ha topado con el rechazo categórico del presidente Bashar Al Assad, que lo considera una "flagrante violación" de su soberanía. Y ojo, porque esta acusación no es baladí: Turquía es miembro de la OTAN, así que la organización tendría que brindarle su apoyo si el régimen sirio pasa a la acción. Más ingredientes para el rompecazabezas en la región. Estados Unidos, otro miembro de la OTAN, apoya a los kurdos -archienemigos turcos- desde el aire. Paradójicamente son los kurdos, que luchan en tierra, los que más están haciendo contra el Estado Islámico, al que todos combaten, pero con más efectividad Rusia e Irán, viejos aliados del régimen de Al Assad. Estados Unidos, bajo el paraguas de una coalición internacional que incluye a Arabia Saudí, y Turquía, que ataca a su bola, están en contra del dictador sirio. En resumen: los verdugos de la guerra juegan sus cartas en el complejo tablero de intereses que enmaraña y revuelve el conflicto, pero tengan claro que los cristianos siempre serán las víctimas. Desde las revueltas contra Al Assad, que respetaba la libertad religiosa, la comunidad cristiana siria ya no tiene a lo que agarrarse. El Estado Islámico los masacra de la forma más cruel y las guerrillas sirias les odian: "Hay una gran ignorancia en Occidente sobre los rebeldes contrarios a Asad: su primer objetivo fue acabar con los cristianos", relató a Hispanidad una monja de Alepo, que añade: "Cuando tomaron Alepo dieron dos opciones a los cristianos: convertirse al islam o morir decapitados". Daniel Esparza