- Ve contradicciones claras en el sistema, como que se ayude a las plantas más contaminantes (carbón o diésel).
- A eso se añade otro dato: haya incentivos oficiales para "centrales eléctricas obsoletas" y no para crear nuevas.
- La mitad de la factura son costes ajenos a la energía como impuestos, regulaciones y subsidios.
- Y Galán se queja: los políticos insisten en la lucha para combatir el cambio climático pero sin elevar los precios.
- Los británicos no deberían sorprenderse de que Scottish Power suba la tarifa del 11%: "Es el país europeo con más problemas".
El presidente de Iberdrola,
Ignacio Sánchez Galán, destaca, en declaraciones al diario
Financial Times, las contradicciones con las que vive el sector energético europeo por culpa de las exigencias de los políticos. Por un lado, presionan para luchar contra el
cambio climático, que sin ello implique un mayor coste para el
consumidor, lo cual, a juicio de Galán, no es posible. Y utiliza un término bastante contundente, "kafkiano", para definir la situación.
Desde esa consideración, el presidente de
Iberdrola es sobre todo crítico al describir la realidad para el conjunto del sector. Lo que se debería hacer y no se hace es -viene a pedir- invertir la normativa de tal modo que se
aparquen, por un lado, las
plantas de carbón -las más contaminantes- , apoyando, por otro, el apoyo a la generación de
energía verde a largo plazo.
A juicio de Galán, hay tres que a tener en cuenta para comprender lo que está sucediendo. El primero, que "no hay suficiente
capacidad para satisfacer la
demanda esperada".
El segundo, se están preservando artificialmente, con incentivos oficiales, "
centrales eléctricas obsoletas" (inviables sin esas ayudas), mientras no se construyan otras nuevas, eléctricas o gas, más eficientes. Ocurre, sobre todo, en los momentos de mayor demanda o en los que el viento o el sol soplan o brillan por su ausencia.
Y en tercer lugar, todo eso entra en
contradicción con los mensajes políticos para combatir el cambio climático pero sin elevar la factura energética, lo cual provoca algo más que un quebradero de cabeza a las empresas.
"Por un lado -dice Galán- el sistema nos dice que los precios no deben subir, y por otro, los reguladores imponen más y más cargas que no tienen que incluir en las tarifas".
Galán se refiere, en concreto, al caso británico, "el país europeo con más problemas en su capacidad de reserva".
En ese país, Iberdrola controla
Scottish Power, que anunció la pasada semana una
subida de la tarifa del 11%. "No deberían sorprenderse", dice Galán, si tiene en cuenta el efecto del aumento del petróleo y el gas y la depreciación de la libra tras el
Brexit.
Galán explica que Reino Unido "no han construido nuevas centrales durante muchos años
por falta de incentivos", lo cual puede poner en riesgo el sistema.
En paralelo, el presidente de Iberdrola destaca el caso de
EEUU, en el que no constan los
costos de la energía no relacionados con la energía, como en Europa. Casi la mitad de la factura que se paga en Europa son impuestos, regulaciones y subsidios.
Rafael Esparza