Von der Leyen no respeta la libertad de Polonia y Hungría, que defienden la vida y la familia natural
La alemana Ursula von der Leyen ha sido elegida presidenta de la Comisión Europea pese a la traición de los socialistas europeos, quienes, a pesar del acuerdo con los democristianos, no votaron en masa por la candidata conservadora.
Von der Leyen ha sido elegida por 383 votos a favor –apenas nueve más de los necesarios- frente a 327 en contra.
Y eso que doña Ursula hizo concesiones a lo políticamente correcto: homomonio, histeria climática, etc
La progresía europea, esclava de lo políticamente correcto y de las tesis del Nuevo Orden Mundial (NOM), no podía permitir que una mujer, a la que encima no pueden acusar directamente de machismo, madre de siete hijos (una verdadera cavernícola, como pueden ustedes comprobar), hacedora del salario maternal en Alemania, es decir fomentadora de la natalidad (¡qué horror!) se convirtiera en jefa del Ejecutivo comunitario.
Pero no se las prometan muy felices. Doña Ursula, para ser aprobada por el pensamiento único, más bien pensamiento débil, de la progresía europea ha tenido que ratificar su adhesión al matrimonio homosexual, además de recordar que lo prioritario para ella es la salvación del planeta, que está fatal de salud.
Pierde Sánchez, ahora entre el grupo de sectarios NOM de Bruselas: Macron, Moscovici, Barnier, Timmermans, Costa…
Aún así, la sajona será presidenta de la Comisión bajo sospecha y bajo estrecha vigilancia.
Eso sí, políticamente ha perdido Pedro Sánchez, ahora entre el grupo de sectarios NOM de Bruselas, entre los que se cuentan Macron, Moscovici, Schulz, Barnier, Timmermans, Costa…
Sí, también Macron. No se engañen por el hecho de que fuera él quien propuso a Von der Leyen: se trataba de un reparto de papeles con Angela Merkel.
Es la Europa progre, la Europa decadente. Es lo que hay: una Europa que se precipita hacia la tristeza de la nada, a mayor o menor velocidad. Con Von der Leyen no será por la vía rápida pero el pensamiento único, o pensamiento débil, o pensamiento progre, o pensamiento políticamente correcto, se seguirá imponiendo en Bruselas.