• Argentina celebró el 200 aniversario de la independencia de la metrópoli, España.
  • En la celebración participó el Rey emérito de España, Juan Carlos I.
  • "Los hombres de Tucumán de 1816, deberían tener angustia, querido Rey, de separarse de España", dijo Macri.
El presidente argentino, Mauricio Macri, encabezó este sábado junto a la vicepresidenta, Gabriella Michettil, la firma de una nueva proclamación de independencia en conmemoración con el bicentenario de la nación argentina, informó El Economista. "El primer siglo fue el de la emancipación y la organización, el segundo, el de la conquista de los derechos y la democracia, y el tercero, el del diálogo y la convivencia, el fin de la injusticia y el cumplimiento irrestricto de la Constitución Nacional, con paz, unión y libertad", rezaba el texto que firmó Macri junto a todos los gobernadores argentinos en el marco de los actos centrales de los 200 años de independencia. El Rey emérito Juan Carlos I representó a España en los actos del bicentenario de la independencia del país suramericano, informó Efe. Poco antes de su partida, Juan Carlos I mantuvo una reunión con el presidente de la República, Maurico Macri, en la que Argentina y España constataron el buen estado de sus nuevas relaciones bilaterales y expresaron el deseo común de potenciarlas. En alusión a los patriotas de 1816, dijo: "Acá un conjunto de ciudadanos se animaron a soñar.  Claramente deberían tener angustia de tomar la decisión, querido rey, de separarse de España", dijo Macri en su discurso. Terminada la reunión, y a la salida del recinto del Museo Casa Histórica de la Independencia, el Rey Juan Carlos recibió numerosas muestras de simpatía hacia España de los centenares de personas que esperaban en el lugar para ver a las autoridades. Lo que demuestra el afecto de los argentinos hacia la madre patria, España. En ese contexto, el Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Mons. José María Arancedo, arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, escribió: "Celebramos en la fe y como argentinos, el Bicentenario de la Independencia de nuestro país", recordando que "es un error pensar que el universalismo propio de la fe en un Dios que es Padre de todos los hombres, no sea compatible con la pertenencia a una tierra, a una nación con su historia y sus tradiciones". "Recibí mi fe como un don de Dios, pero en una familia y en el contexto de un país en particular. Amo a Dios y amo a mi país, añadió . La fe no aísla, sino que es una vía de encuentro, de respeto y de diálogo", recoge Fides. Una fe cristiana que llevaron los españoles a América. Andrés Velázquez andres@hispanidad.com