- El grupo europeo encaja con éxito las formulas del presidente de la división de aviones comerciales para abaratar costes y ganar tiempo en las entregas.
- Los retrasos son el 'handicap' de las aeronáuticas: se cancelan pedidos y se pierde cuota de mercado.
- Hasta ahora se podían permitir 'deslices', pero la competencia comienza a pesar con nuevos fabricantes chinos, rusos y de Canadá.
Airbus se ha puesto las pilas para ganar la carrera a su gran competidor, el grupo americano
Boeing. Para ello ha implantado un modelo de eficiencia en la fabricación, cuyo
mago ha sido
Fabrice Brégier, presidente ejecutivo de la división
de aviones comerciales, y favorito, si los planes no se tuercen, para suceder al actual presidente, el alemán
Tom Enders. La gran apuesta ahora mismo, para medir ese éxito, es el
A350.
De la eficiencia en la fabricación depende en gran medida el
abaratamiento que las compañías pueden aplicar a los aviones comerciales, en los que está en estos momentos el principal nicho de mercado tanto para Airbus como para Boeing.
De lo que se trata es de producir modelos lo más rápidamente posible y no fallar en los
plazos de entrega, un
handicap con el que tradicionalmente han tropezado las dos compañías. A Airbus le ocurrió con el superjumbo
A380, que comenzó a volar en 2007 y a Boeing, con
787 Dreamliner, que se estrenó 2011.
En los dos casos, las tardanzas en la fabricación y el incumplimiento en los plazos, han tenido un efecto demoledor. En el caso de Airbus, se traduce en
cancelaciones de pedidos, hasta el punto de que todavía no ha conseguido rentabilizar el A380 (quizá nunca lo logren a pesar de la inversión de 15.000 millones). Y a Boeing le ocurre lo mismo con el Dreamliner, aunque espera rentabilizarlo con sus 1.000 pedidos.
De los errores se aprende, dice el refrán. En el caso que nos ocupa, ha llevado a los dos grandes grupos a
espabilar para ganar en eficiencia. No es poco lo que se juegan, si tenemos en cuenta que prácticamente se reparten el mercado y se pueden permitir deslices. Pero la situación está cambiando y empiezan a pujar por ese espacio fabricantes de aviones comerciales de
China,
Rusia y
Canadá.
Según datos de
The Wall Street Journal, que trae el tema en su
edición de este viernes, la carrera en la eficiencia en la producción la está ganando ahora Airbus frente a Boeing. La compañía europea se está ajustando a los plazos más que la americana, especialmente desde 2012, porque ha introducido técnicas informatizadas en la fabricación, que le permiten, no sólo ganar tiempo, sino reducir en algunos tramos del proceso hasta un 40% en los costes de producción.
El artífice es
Fabrice Brégier, presidente ejecutivo de la división de aviones comerciales, aspirante a suceder a
Tom Enders, aunque dependerá del éxito de los programas que está poniendo en marcha. La fórmula de Brégier es acelerar el proceso con innovaciones de
alta tecnología. Ahora, por ejemplo, prueba en la planta de Hamburgo una nueva técnica para pintar las alas de los aviones que permitiría reducir un 90% en dos años el número de horas dedicadas a este fin (170 horas para pintar el logotipo, por ejemplo).
Fue también Brégier el que implantó en 2009 que no se construyeran nuevas piezas sin haber terminado las anteriores o quien decidió que el trabajo del personal de ingeniería, abastecimiento y producción en el A350 fuera en
equipo, no de forma aislada. Y su experiencia en coordinar a fabricantes de distintos países le viene ya de 2003 cuando llegó a la dirección de la unidad de
helicópteros no había integración entre los fabricantes francés y alemán.
Ahora, todas las miradas están puestas en el A350. Del éxito de ese avión depende en gran medida el futuro de Airbus. El grupo entregó el primer modelo en 2014 a
Qatar con retraso, para no variar, pero mucho más cerca de la fecha prevista, algo que no sucede con el A380 o a Boeing con el 787 Dreamliner.
Rafael Esparza
rafael@hispanidad.com