• Mientras las ventas aumentan un 4%, el beneficio bruto crece un 69%.
  • Demasiado dividendo para una deuda que crece hasta los 5.367 millones de euros.
  • Fatal la construcción y el agua (uno de los sectores estratégicos) y, encima, se estanca la producción eléctrica.
Como le ocurre a todas las empresas cotizadas, Acciona se ve en la obligación de repartir dividendo entre sus accionistas para mantenerlos contentos y para que el valor de las acciones se revalorice en bolsa. Ahora bien, el reparto de dividendo debe ser equilibrado, es decir, debe ser proporcional a los beneficios obtenidos. Si no, se corre el peligro de comprometer el futuro de la compañía. Y las empresas, en general, se cuidan muy mucho de que esto no suceda. Y si ven algún atisbo de riesgo, no dudan en recortarlo o, si la situación lo requiere, suspenderlo totalmente. El problema surge cuando los accionistas son los familiares y exigen su parte. Es lo que ocurre en Acciona. Mucha familia a la que repartir. Así, los resultados del tercer trimestre presentados este viernes muestran que, aunque las ventas sólo han aumentado un 4,6% -hasta los 4.946 millones de euros- el beneficio bruto se ha disparado un 69,5% y ha alcanzado los 248 millones de euros. Al final, el resultado después de impuestos ha sido de 166 millones, un 11,6% más que el obtenido en 2014. En definitiva, demasiado dividendo para una deuda que crece hasta los 5.367 millones de euros, esto es, un 1,4% más que hace un año. Y las inversiones caen un significativo 60% y pasan de los 320 millones de 2014 a los 128 millones de este ejercicio. ¿Cómo ha evolucionado el negocio? Pues no muy bien, la verdad. La cartera de construcción, por ejemplo, disminuye un 11,2%, hasta los 5.608 millones de euros. Otra división que no ha dado los resultados esperados ha sido la de agua, cuya facturación ha sido un 0,8% inferior a la del año pasado y no ha superado los 9.651 millones. Hay que tener en cuenta que era una de las grandes apuestas del grupo que preside José Manuel Entrecanales (en la imagen). Donde sí ha crecido el negocio es en la capacidad eólica instalada, que ha aumentado un 2,4%, hasta los 7.208 MW. Así, la capacidad instalada también ha crecido, concretamente, un 1,8%, hasta los 8.614 MW. El problema es que la producción energética se ha estancado -ha disminuido un 0,3%- en los 15.870 GWh. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com