El Pleno del Tribunal Constitucional (TC) ha acordado este lunes paralizar la tramitación parlamentaria de las dos enmiendas por las que se modifica el sistema de elección de los candidatos al tribunal de garantías que debe nombrar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), aprobadas por el Congreso y pendientes de votarse en el Senado el jueves.

Para el Gobierno, cómo no, la decisión del Tribunal Constitucional de paralizar la votación de la reforma judicial del Gobierno en el Senado es "de máxima gravedad", en boca de Félix Bolaños. A lo mejor, de máxima gravedad era lo que había hecho el propio Gobierno, intentar controla el TC, pero eso los chicos de Sánchez no lo van a decir...

Al menos, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, y del Senado, Ander Gil, han anunciado que acatarán la decisión del Tribunal Constitucional, pero han advertido: "Se abre una crisis institucional sin precedentes en nuestra democracia".

Insistimos: la "crisis institucional" es la que ha abierto Pedro Sánchez intentando modificar por la puerta de atrás leyes y a toda prisa fundamentales que afectan al equilibrio de poderes. Porque s han convertido en un Ejecutivo de república bananera.

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