Los podemitas frecuentan dos mentiras (bueno, alguna más, pero estas son las importantes): que ellos son más honrados y que ellos gestionan mejor. Manuela Carmena es podemita del sector independiente, que no crítico, porque nuestra querida alcaldesa abuelita es una neo-comunista del mismo pelaje que Pablo Iglesias.

El comunismo es repetición de lo obvio y negación de la realidad. O sea, una enorme mentira. Así, Carmena asegura que Madrid no sufre un atasco permanente y que si lo sufre es que ella trabaja para el ciudadano y no para los coches. A lo mejor es que los coches no los conducen ciudadanos sino extraterrestres.

Y doña Manuela dice que Madrid está limpísima y que la culpa de los atascos la tienen los coches. Otra obviedad

La segunda grandísima mentira es que Madrid está limpia. Madrid está guarrísima porque la alcaldesa no invierte en limpieza.

Y no lo decimos nosotros: Lo dicen los madrileños que reprochan antes que ninguna otra cosa, a su alcaldesa, justamente eso: que la ciudad está hecha un asco. Pero no se preocupen: ella lo niega.

Y ya está.