La del miércoles fue una mañana intensa en el Congreso, con insultos cruzados de parte a parte, para hacer realidad que si España no vive en enfrentamiento civil, se le parece mucho. Pero el enfrentamiento es una cuestión de fondo, no de forma. Enfrentamiento es la existencia de un Gobierno Sánchez sostenido por el frentepopulismos y cristófobos (socialistas, comunistas y separatistas) frente una derecha que tiene la mayoría social (y no siempre la ha tenido) pero que anda dividida entre PP y Ciudadanos; entre una derecha tibia y una derecha pagana.

Cual adolescente ofendido, el presidente del Gobierno escenifica la ruptura contra la derecha moderada: ‘Ya no te ajunto, Pablito’

Al tiempo, Pedro Sánchez se comporta como un adolescente orgulloso y patético. Pretende que le tomemos en serio, pero nos lo pone muy difícil. Ejemplo: acusa a la derecha de ultra cuando él gobierna gracias a la ultraizquierda.

Y así, cual adolescente ofendido, el presidente del Gobierno escenifica la ruptura con la derecha moderada: ‘Ya no te ajunto, Pablito’.

Si lo de la declaración de independencia de Cataluña fue un golpe de Estado, entonces Sánchez es golpista… por inacción, por omisión y por coalición.

¿Crispación? Pero si nos lo estamos pasando genial.