Cuando una entidad de crédito hace mucho hincapié en su presentación de resultados en la sostenibilidad, no económica sino  medioambiental y de compromiso social, yo empiezo a mirar sus números con muchísimo cuidado, sin ningún prejuicio de que esté a favor o no de la necesidad de una preocupación lógica sobre estos asuntos.

Esto es lo que hoy hace el BBVA, que este jueves nos presenta sus datos cerrados a diciembre del 2021 con un resultado atribuido de 4.653 millones de euros (M€), que como en los anteriores que ya hemos visto esta semana, ofrecen una difícil comparación con los del pasado ejercicio, ya que en él se registraron 7.995M€ en deterioros extraordinarios por la situación económica, entre los que se incluían 2.084M€ por el deterioro del fondo de comercio de su filial en EEUU, lo que dejó el resultado en 1.305M€. Cuidado con las afirmaciones triunfalistas: este no es el mejor resultado en los últimos diez años, en el 2018 el resultado fue de 4.703M€, incluso el recurrente fue superior.

Puntualizaciones aparte, vamos por más datos. BBVA ha sido y es una de las entidades que más fuerte ha apostado por la digitalización como motor de crecimiento. Su presidente Carlos Torres hizo de este tema bandera y en este último quinquenio se han añadido 27,5M de nuevos clientes móviles llegando a los 39,7M actuales, que seguro han aportado valor al crecimiento de los márgenes de negocio que ahora veremos.

En la presentación de Carlos Torres creo que nos ha sorprendido a todos el anuncio de aprobar un pago de 0,23€ por acción en efectivo en abril, con lo que llegará a los 0,31€, que se añadirá la adicional de la recompra de 3.500M€ de su capital social antes de octubre de este ejercicio

El margen de intereses, 14.686M€, ha crecido un 0,6% interanual, gracias a las aportaciones de México y América del sur, únicas áreas que crecen en este epígrafe, mientras que España y en especial Turquía, con un 14,8% menos y España con -1,8%, nos dan una idea de cómo inciden los actuales tipos de interés en unas cuentas de resultados tan ajustadas. Las comisiones, 4.756M€ crecen un 19,8% debido sobre todo al fin de la moratoria en el cobro de algunos servicios por la pandemia en el 2020, pero aún están lejanos a las cifras del 2019. Los resultados por operaciones financieras también crecen un 30,5% por la vuelta a las rentabilidades anteriores, y otros ingresos y cargas presentan -295M€ por ajustes negativos debidos a la inflación en Argentina y por más aportaciones a los esquemas de protección de depósitos. El margen bruto 21.066M€ supone un 9,7% más que en el pasado ejercicio.

Los gastos de explotación crecen un 8,5% y alcanzan los 9.530M€, destacan los gastos de personal, 5.046M€, un 7,5% más que en el ejercicio anterior. El ratio de eficiencia queda en un 45,2%, frente al 47,2 del 2019. El margen neto queda en 11.536M€ un 4,1% superior al del 2020.

Hasta ahora hemos visto cómo BBVA ha recuperado de forma ligera la situación del pasado ejercicio en cuanto a los márgenes de negocio, pero queda la parte más dura de la cuenta de resultados. Primero vamos a ver cómo ha evolucionado el crédito a la clientela, que ha crecido un 2,5% hasta los 318.939M€. El mayor empuje ha sido en los créditos a empresas que crecen un 3%, mientras que a particulares solo lo hace un 1,5%. El total de dudosos es de 15.442M€, que significa un 4,6% de la cartera total y presentan una tasa de cobertura del 75% y unos fondos de cobertura por 11.536M€, un 8,4% inferiores a 2020. La tasa de morosidad se sitúa en 4,1% un 0,1% inferior a la de 2020.

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Con estas cifras, los deterioros registrados en el ejercicio en la cuenta de resultados han sido de 3.034M€ (-41,4%) respecto a la excepción del pasado ejercicio y comparable solo con las cifras de ejercicios anteriores al 2018. Solo quedaría añadir después de impuestos, 280M€ de ingresos por el deterioro registrado en 2021 por el fondo de comercio en EEUU y 696M€ más por costes de reestructuración en este ejercicio.

Más de lo mismo. Es la misma historia que hemos visto en las otras entidades que han presentado estos días, resultados espectaculares, pero solo en comparativas con el 2020 donde se dejaron la mitad de la cuenta de resultados en dotaciones. En la presentación de Carlos Torres creo que nos ha sorprendido a todos el anuncio de aprobar un pago de 0,23€ por acción en efectivo en abril, con lo que llegará a los 0,31€, que se añadirá la adicional de la recompra de 3.500M€ de su capital social antes de octubre de este ejercicio. Puede ser un salto peligroso, pues tiene abiertos frentes como la OPA sobre el turco Garanti en un momento económico y políticamente poco afortunado, con una incertidumbre de bloqueo gubernamental a los dividendos bancarios y una inflación disparada en el país, junto a una batalla por el poder en la entidad. Veremos cómo quedará después de todo esto el ratio de capital que al final del año cerro en el 12,75%, un 1,02% superior al pasado ejercicio.

A una hora del cierre, la Bolsa no ha comprado el discurso triunfalista de Carlos Torres y la cotización caída más de un 2% con un Ibex casi plano. Y eso a pesar de la reacción alcista del sector al mensaje del BCE, que podría adelantar la subida de tipos a este año. A lo mejor el mercado tiene más sentido del que parece.