El Ibex 35 lleva un 2019 muy discreto: comenzó el año en los 8.550 puntos y cerró septiembre en los 9.244. ¿Qué le pasa a la bolsa, teniendo en cuenta que la renta fija ha dejado de ser una opción para muchos inversores y que, se supone, estamos en un momento de crecimiento económico?

Las dudas se disipan rápidamente si nos fijamos en el beneficio de las empresas del Ibex 35: cayó, nada más y nada menos, que un 19,5% durante los primeros nueve meses del año, hasta los 26.087 millones de euros. Endesa y Ence fueron las que marcaron la diferencia, con caídas del 85,2% y el 69,6% respectivamente (ver cuadro adjunto).

En el sector financiero, solo Sabadell (+215,7%) y Bankinter (+10,1%) salvaron los muebles. Santander ganó un 35% menos: Caixabank redujo su beneficio un 28,4%; Bankia, un 22,7% y BBVA, un 15,2%.

La cosa mejora un poco, eso sí, si nos fijamos en los ingresos de las compañías cotizadas: aumentaron un 1,53%, hasta los 380.812,5 millones de euros. A diferencia de los beneficios, la evolución de la facturación se mantuvo más o menos estable en el Ibex, aunque en el sector financiero se dieron diferencias significativas. Así, mientras Bankinter, BBVA y Santander lograron aumentar la facturación por encima del 2%, Bankia, Caixabank y Sabadell registraron porcentajes negativos.

El Ebitda de las empresas del Ibex descendió un 4%, hasta 47.827,3 millones de euros. En un extremo, Ferrovial, que vio cómo su resultado de explotación se desplomó un 90,41% hasta septiembre y no superó los 33 millones de euros. En el otro, Inditex, que registró una subida del 47,12%, respecto al Ebitda de 2018, hasta los 3.447 millones de euros, lo que no le ha servido para mejorar su evolución bursátil.

Conclusión: la bolsa española no acaba de arrancar porque el beneficio de las empresas está cayendo. Así no se puede atraer a los inversores. Y la banca está aún peor.